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  • Ya casi llevo tres meses por China y mi visado se acaba. Como muchos viajeros coinciden, lo peor de viajar son los visados que, como una espada de Damocles, te amenaza la estancia en tal o cual país donde te quedarías más tiempo para empaparte de su cultura, costumbres, compartir tiempo con sus gentes, etc. Y China es uno de esos países donde uno se quedaría más tiempo, yo por ejemplo me gustaría aprender chino mandarín e intentar poder llegar a escribir alguna cosa con su maravillosa caligrafía.\n\n

    No quería irme de China sin visitar Shanghai y sus alrededores. Y desde Guilin encontré un vuelo baratísimo, algo más de cien euros por un vuelo de dos horas. En tren el mismo trayecto costaba 50 euros y tardaba 24 horas. \n\n

    No suelo coger vuelos en los países que visito, por varios motivos: volando te pierdes la fascinante transición de los paisajes; los vuelos suelen ser mucho más caros que el tren o autobús; en avión a penas te relacionas con la gente local y no vives sus costumbres (en tren o autobús, hablas con la gente local, te levantas, lees, escribes, observas sus costumbres).\n\n

    Este ha sido mi primer vuelo en mi estancia en China y seguramente será el último. Y así llegué a Shanghai, una ciudad que me impresionó y me gustó, y eso que no me gustan las ciudades y suelo estar poco tiempo, pues son ruidosas, estresantes y dominadas por el consumismo. Pero Shanghai me gustó, por su pasado canalla, del que cada vez queda menos, pero algo conserva. Shanghai ya es una ciudad moderna pero todavía se está modernizando más si cabe. Ahora lo hace por ser la sede de la Expo del 2010. Tiene interesantes museos, grandes parques, anchas avenidas, altísimos edificios que me recordaron Manhattan en NY, en su distrito llamado pudong. \n\n

    La calle que más actividad tiene (como las Ramblas de Barcelona) se llama Nanjing Road, y por la noche parece Times Square, llena de luces de neon y repleta de gente. No obstante, Shanghai no es tan cosmopolita como NY, pues tan solo ves ciudadanos chinos y apenas algún europeo.\n\n

    Otra zona de interés es la Concesión Francesa, con sus edificios de dos o tres plantas de ladrillo rojo.\n\n

    Si al atardecer se sube al edificio Jin Mao de 492 plantas, podrá admirar la grandeza de Shanghai, y su famosa “oriental pearl tower” con sus enormes esferas rosadas y al anochecer, cuando se ilumina la ciudad, uno se queda hipnotizado. \n

    Después de Shanghai visité Sozhou y Tongli. De la primera ya habló Marco Polo sobre su belleza, pues le recordó a su Venecia natal. No obstante, en la actualidad pocos encantos conserva, pues desde el siglo XIII cuando estuvo Marco Polo, ha cambiado muchísimo. Ahora es una ciudad de más de siete millones de habitantes que tan solo en su parte antigua puede adivinarse lo que maravilló al gran viajero veneciano. Callejuelas adoquinadas junto a canales que se cruzan por pequeños puentecitos de piedra. Pero otro atractivo de Sozhou del que el viajero puede disfrutar es de sus parques, que tiene muchísimos y contienen todos los ingredientes de la cultura china, sus pequeños lagos con flores de loto, puentecitos y pagodas, piedras y cañas de bambú. Lugares perfectos para escapar del ajetreo de la ciudad. Tongli es como Sozhou, pero más pequeña y, por ello, más atractiva que Sozhou, pues sus canales están más agrupados y sus calles más estrechas y menos transitadas. No obstante, ambas poblaciones son lugares bastante turísticos pues las rutas de viajes que pasan por Shanghai hacen paradas ahí. \n\n

    De Sozhou descendí hacia Hangzhou, otra de las grandes ciudades de China que me fascinó. Me hospedé en el Wushanyi International Hostel que está muy bien ubicado, cerca del Lago del Oeste y de la famosa calle hefang. Es un lugar perfecto para caminar tranquilamente por los alrededores de ese bellísimo y enorme lago (cuya imagen se muestra en el billete de 1 yuan), repleto de árboles que dan sombra, sauces llorones y árboles frutales te acompañan constantemente en tus paseos. También se puede coger pequeñas embarcaciones para ir a sus pequeñas islas interiores o los más intrépidos subir a las colinas que rodean el lago.\n

    En las ciudades suelo acudir a algún espectáculo. En Shanghai fui a una especie de circo que tenían un moderno espectáculo con música, luces y acrobacias que te dejaba sin respiración. Uno de los números que me dejó sin aliento consistía en una gran esfera metálica donde se iban introduciendo motocicletas, hasta un total de seis, que a toda velocidad subían y bajaban haciendo toda clase de piruetas.\n\n

    Pero el mejor espectáculo que he visto jamás lo ví en Hangzhou, se llama “The Romane of the Song Dynasty”… me dejó boquiabierto. Con unos 300 actores en escena, un vestuario precioso, una puesta en escena de primera y unos efectos de lo más realista. En una de las escenas, cuando las bailarinas iban vestidas como flores de loto, se abrió una cascada encima del escenario y empezaron a pulverizas agua perfumada sobre las cabezas de los espectadores. Increíble.\n\n

    Bueno, os regalo esta bonita flor de loto esperando sigáis mis aventuras. Ahora me voy hacia la Provincia del Jiangxi, a disfrutar un poco de la tranquila vida rural china. Hasta pronto.\n\n\n\n\n

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  • 2009-08-02 04:29:41
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  • SHANGHAI, SOZHOU Y HANGZHOU
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