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  • En el Archipiélago de las Islas Galápagos hay muchas Islas e Islotes. Donde hay más turistas es en la Isla de Santa Cruz, no obstante, para casi cualquier viajero es obligatorio pasar por ella y por su ciudad de Puerto Ayora. Pero a pesar de ser la más habitada y turística tiene rincones muy interesantes, como son: La Bahía Tortuga, un lugar donde para llegar hay que caminar forzosamente (pues no se puede llegar de otra forma) más de tres o cuatro quilómetros. Ello hace que no sea un lugar muy concurrido y es precioso. Por un sendero entre cactus enormes (que aquí llaman “opuntia”) y piedra volcánica y otros arbustos serpentea un sendero sinuoso hasta llegar a una larguísima playa de arena blanca y aguas turquesas. Pero lo mejor no está allí, si uno se deja informar por la gente local (que es mejor que todas las guías del mundo, por cierto esta vez fui sin guía y ha sido uno de los mejores viajes que he hecho) hay que caminar esa larga playa hacia el final, donde hay unos manglares y detrás de estos se abre una bahía rodeada de más manglares de aguas tranquilas y transparentes donde se pueden ver tortugas, iguanas nadando junto a ti, tintoreras (que es como llaman aquí a los tiburones puntas blancas o de arrecife) y aves como los pelícanos y otras. Además en la arena hay unos arbustos donde cobijarse del fuerte sol del ecuador entre baño y baño.\n\n

    También en Santa Cruz se puede visitar la Fundación Charles Darwin, de protección y reproducción de las tortugas, donde está el famoso “solitario Jorge”, el único espécimen de tortugas de la Isla Pinta, que fue devastada por balleneros que se llevaban las tortugas para comerciar con su aceite y grasa y comerse el resto. \n\n

    Interesantes visitas también a ciertas fincas donde pueden verse las tortugas en estado de libertad (no como en la Fundación que están en recintos cerrados), comiendo verde y húmeda hierba del centro de la isla que por ser montañosa siempre tiene nubes y llueve abundantemente. O los curiosos túneles de lava, que son pasadizos enormes de quilómetros de largo que dejó la lava cuando descendía hacia el mar. En su interior podría pasar un tren y la gente local ha puesto un sistema de iluminación para poder recorrerlos. Aunque la sensación es de inseguridad, pues hay tramos donde el techo se ha caido o las paredes desprendido y hay que sortear las rocas e incluso tramos donde hay que pasar agachado. Parece que en algún momento dado todo va a caer sobre ti.\n\n

    Por lo demás Puerto Ayora es una ciudad muy comercial, llena de tiendas, bares, restaurantes y centros de buceos o agencias de viajes para contratar visitas a las otras Islas. Por eso, a pesar que la Isla de San Cristóbal es la capital de las Galápagos, es Santa Cruz la que tiene más vida social. Estuve en San Cristóbal y visité la Isla de los Lobos y alguna playa más además de su puerto “Baquerizo Moreno”. Al ser menos turística tiene playas donde al tumbarte puedes encontrar junto a tu toalla varios lobos marinos o si te bañas que te acompañen a nadar. Y las iguanas observándote desde las rocas volcánicas.\n\n

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    También visité las Islas Genovesa, Española, Santa María, Bartolomé, Plazas, Seymour, y seguro que me dejo alguna… pero en ellas no vive nadie, excepto en Floreana que no la he citado donde vive una pequeña comunidad y tiene una historia interesante sobre unos alemanes que fueron allí a vivir a lo Robinson Crusoe. En estas islas que no están habitadas la visita es vía marítima y consiste en bajar en zodiac (o pangas como las llaman los ecuatorianos) y recorrer unos senderos para ver la flora y la fauna local, que cada isla tiene su idiosincrasia.\n\n

    Pero me enamoré de Isabela. Una Isla que destacaría entre todas y que nadie que fuera a las Galápagos debiera perderse: Isabela. Es la más grande de todas, pero de las tres habitadas la menos poblada y menos desarrollada. La vida se circunscribe en la población de Villamil, de menos de 3000 habitantes y solo hay una pequeña carretera de 10 km y nada más. Para visitar la Isla hay que ir por mar. No obstante su playa es larga y de varios quilómetros y tiene varios caminos y senderos para caminar por lugares preciosos, como el camino que va hacia el llamado “muro de las lágrimas” (un muro que levantaron unos presos que hubieron en Isabela cuando a principios del siglo pasado el Gobierno ecuatoriano utilizó la isla como presidio) o el sendero hacia el centro de conservación de tortugas, o un lugar maravilloso donde pasé muchas horas, la bahía “concha de perla”, donde puedes bañarte entre manglares y sin darte cuenta venirte a saludar unos lobos marinos o unas tortugas. Aquí pude ver también pinguinos, mantas rayas, etc. Y un lugar precioso de Isabela también es el llamado “tuneles de lava” que se llega por mar pues por tierra no hay camino. Un lugar donde la lava del volcán descendió y al chocar con el agua del mar realizó formaciones fantásticas de pasadizos de lava, puentes y túneles. Allí viven cientos de pinguinos, así como tortugas y tiburones puntas blancas (que ellos llaman “tintoreras”). No se puede hablar de Isabela sin destacar la ascensión al crater del volcán Sierra Negra, el segundo más grande del mundo y un camino que de allí se dirige hacia Volcán Chico y desde donde se puede ver en un día soleado y claro, como el que tuve, toda la Isla con sus otros volcanes y la Isla Fernandina que está junto a Isabela. Pero en Isabela uno no tiene que estar visitando cosas si no quiere. Puedes relajarte frente a su preciosa playa en sus hamacas y dejar volar la imaginación con el remor del mar y sus perfumes. Un placer para los sentidos.\n\n\n\n\n\n

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  • 2010-01-20 21:34:35
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