LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_LORENZO_2010_3_9_EL-CAMINO-DEL-VIAJERO

Se dice metafóricamente que en la vida cada uno busca “su camino” para vivir o ser feliz. Pero todos sabemos (y los que todavía no lo saben ya lo aprenderán) que la “felicidad”, como estado permanente, no existe. La vida nos ofrece momentos gloriosos y fugaces de felicidad que hay que saborear hasta la última gota y retener en la memoria para “endulzar” otros momentos que vendrán de “sin sabores”.\n\n

Así pues, hay muchos caminos y ninguno es mejor que otro. Cada uno debe encontrar el suyo y yo ahora escojo el del viajero.\n\n

Hasta ahora, y a pesar de mis muchos viajes, mi camino había sido más bien sedentario, sometido a unas determinadas reglas del juego donde el bienestar se basaba en obtener una buena educación, conseguir un buen trabajo y ganar el suficiente dinero para satisfacer las necesidades. Estas reglas del juego fueron muy competitivas y si no luchabas por ser el mejor te sacaban a codazos de donde fuera pudiendo quedar en la cuneta de la sociedad en un abrir y cerrar de ojos.\n\n

En este primer “camino” de mi vida he tenido muchísimos momentos de felicidad, muchos más que de tristeza que también existieron. Como he dicho, ningún camino es mejor que otro. Pero hace unos años que sentí que debía coger otro más nómada, más incierto, sin tantas comodidades. El camino del viajero.\n\n

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No es facil cambiar de “camino”, sobretodo cuando no lo haces por insatisfacción. Dejas atrás familia, amigos, trabajos y comodidades que en mi caso son lo más importante y me realizaban como persona. Y lo cambio todo por la incertidumbre de lo nuevo. Como el aventurero español que se embarcaba hacia el Pacífico sin saber que había más allá de aquél océano inmenso.\n\n

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Pero inicio el camino del viajero con muchísima ilusión y pocas pretensiones. Ilusión por conocer un poco más de nuestro Planeta, un milagro en el Universo, sus gentes que la habitan (que todos son nuestros hermanos), otros paisajes, otras formas de vida, de comidas, de costumbres, de idiomas. Ilusión por atisvar un poco de tanta diversidad y que cada vez se intenta eliminar por causas que desconozco o que solo intuyo. Ilusión por saber más. Aunque no pretendo conocerlo todo. Eso sería imposible y necesitaría más de una vida. Por ejemplo, si quisiéramos pasar un solo día en cada isla de Indonesia, tardaríamos cuarenta años, pues hay 14000, o veinte años para pasar un día en las 7000 islas de Filipinas. Tampoco pretendo ser más feliz de lo que lo he sido hasta ahora, ni conocer a nadie mejor, ni descubrir ningún tesoro escondido, ni pisar territorios inexplorados.\n\n

Solo quiero caminar libre. Con lo esencial a mi espalda. Y con un poco de suerte desarrollar esas aptitudes que hasta ahora tenía dormidas por no necesitarlas. Aprender del estoicismo y ecuanimidad de un fakir indio, desarrollar la perseverancia de un aventurero español (pues su pasión ya la tengo) y la astucia de un comerciante chino. Aprender a valorar lo esencial y eliminar lo superfluo.\n\n

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A los que me preguntan hacia donde iré les diré lo que pensó Paul Theroux cuando iba hacia las Islas de Oceanía (aconsejo la lectura de sus libros): “Tourist don’t know where they’ve been. Travelers don’t know where the’ve going” (algo así como que los turistas no saben donde han estado y los viajeros no saben a donde van).\n\n

Solo se que viajaré hacia el Este para dar la vuelta al mundo. Con este espíritu en breve iniciaré el camino del viajero.\n\n\n\n\n\n