LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_LOS-LIMITES-DE-LA-TIERRA_2008_11_10_EL-NARANJO

Trasplantamos el naranjo al huerto de la casa de mi madre, porque en la maceta ya ha llegado a su límite, y hace falta que las raíces descubran la tierra y que todo él se libere. El hoyo ya estaba preparado, y no tuvimos más que colocar el naranjo y cubrirlo de tierra. Todo muy fácil, porque el corral está bien abrevado, con las lluvias últimas. \n\n

Pero después de comer llegó mi tío, que al analizar el asunto no vio un trabajo bien hecho, sino sólo a medias, y aún ni eso. Hay otro naranjo al lado, y la distancia no es suficiente. Tiene que haber más distancia entre árbol y árbol, así no crecerá a gusto, dice mi tío, que entiende de naranjos y de limoneros, y de todo lo que crece en la huerta, porque siempre ha seguido la experiencia de mi abuelo, que se nutría del tratado de agricultura de don Fernando Montes, en el que se establece que ‘si se plantan en líneas a todo viento, bastan veinticinco pies entre cada naranjo; si se colocan a tresbolillo, treinta y tres pies; y si se cultivan en un huerto deben colocarse a dieciséis pies de distancia’. Mi madre debería haber solicitado la opinión de mi tío, y entonces Enrique habría cavado a dieciséis pies de distancia, ni más ni menos. \n\n

- Enrique hizo el hoyo aquí, y aquí lo hemos sembrado, dice mi madre.\n\n

- Enrique, Enrique…¡Enrique no tiene ni idea sobre la manera de sembrar un naranjo!, le contesta mi tío.\n\n

Así que ya está hecho. Ahora ya lo sabremos para otra vez, pero la anécdota nos sirve de aviso para que las viejas enseñanzas que tienen fundamento no se pierdan en el olvido.\n\n

Y, además, el punto del injerto debería haber quedado a ras de tierra, y le sobra medio palmo. El futuro del naranjo quedará pues a expensas de la duda, y habrá alborozo si alguna naranja lo viste cada año, aunque sean una o dos, ya que los augurios no andan muy finos, a tenor del análisis de mi tío.\n\n

Está claro que la siembra de este naranjo no ha tenido la planificación correcta, en contraste con la colocación precisa del granado que sembró el tío Toni, hace ya muchos años, en el centro del corral, aireado y solemne, exigiendo atención a la mirada, y que por eso sin duda nos endulzó durante más de cuarenta años con granadas tan sabrosas. Pero por lo menos añadiremos un poco más de vida en el corral, y airearemos la maltrecha atmósfera del pueblo, en donde lo único que ha crecido en los últimos años ha sido el número de grúas.\n\n

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