LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_LOS-LIMITES-DE-LA-TIERRA_2008_11_11_EL-GOBIERNO-LA-VOLUNTAD

Quizás no sea tan fácil convivir con la propia edad, y necesitemos ilusionarnos con algo más propio de un joven, pero a fin de cuentas de un autoengaño no se saca nada en claro, salvo desconfianza en uno mismo, que es lo que precisamente nos lleva al desencanto de la edad. \n\n

Cuando las tardes empiezan a alargarse, y las horas se hacen más lentas y tediosas –si no se llenan adecuadamente- nos puede sobrevenir este tedio de la edad, que consiste en el olvido de que delante de cada uno hay mucho más que un tiempo o una fecha de caducidad. Las horas pueden alargarse, y más ahora, en otoño, que es la estación del retroceso, o la señal que viene todos los años a marcarnos un año más con el buril del dolor en un reservado del alma.\n\n

Así que es bueno que la voluntad se imponga, y que sea ella, la experimentada, quien nos gobierne, no dejando que las duras miradas al pasado o al incierto futuro nos sobrecojan aunque sea sólo a título de aguafiestas sorteable. Que la vida sea un homenaje al presente, y no un veneno de pasado o de futuro, que no son más que estados que se intercalan entre nuestra voluntad y el deseo de reconocimiento.\n\n

Que sólo nosotros seamos los que marcamos lo que nos convenga, pero no para claudicar, sino para continuar avanzando en un perpetuo presente. \n\n

\n\n

\n\n