Leo el poema ‘Aventura en la ciudad cerrada’, de Luis García Montero, sorprendido y confuso por las noticias, y siento que hay verdades premonitorias a las que se llega a través de una mirada profunda. Copio unos fragmentos de este poema:\n\n
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Ven,\n\n
te ofreceré Granada, amor.\n\n
…\n\n
…\n\n
Descubrirás\n\n
sobre su piel de luces escondidas\n\n
un paisaje perfecto para el crimen,\n\n
la vieja edad del ojo con que miran\n\n
las estatuas de mármol,\n\n
los móviles que guarda\n\n
cada balcón abierto de los suyos.\n\n
Ven, \n\n
con el ultimo abrazo te entrego la ciudad.\n\n
...\n\n
...\n\n
Ven, \n\n
te enseñaré Granada, amor,\n\n
llena de ti,\n\n
y dejaremos juntos\n\n
sobre cada cadáver una última lágrima\n\n
que sonría distante,\n\n
descubierta en la sombra\n\n
como diciendo adiós.\n\n
El largo adiós, amor, que tú sugieres.\n\n
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Se va. Pero, de hecho, es una expulsión. Ya forma parte del Club de los Poetas Expulsados. Muchos de ellos son también integrantes del Club de los Buenos Profesores.\n\n
También, en Ciutat, un profesor de literatura fue expulsado de un colegio. Y muy pronto, muy poco después de su expulsión, una verdad implacable le dio la razón, y se la quitó a los otros: una de sus alumnas publicó un libro de poemas en la Colección Adonais, con la dedicatoria siguiente: \n\n
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A mi profesor de Literatura, EMILIO ARNAO,\n\n
por haberme ayudado a abrir los ojos ante\n\n
el fascinante mundo de la Poesía.\n\n
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