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  • Pongo música de Coleman Hawkins, como otras veces al levantarme, y tengo un recuerdo para el fotógrafo Óscar Molina, que es partidario de escuchar siempre unos minutos de música al levantarse, porque ayuda a ver la vida de una manera nueva, o para que la mente se deje arrastrar por un ritmo, o por una melodía, que es lo que me ocurre a mí con Hawkins. Me gusta porque me hace sentir vivo, porque sus interpretaciones son un homenaje al movimiento alegre, que tanto necesitamos para tener conciencia de que seguimos ahí, erre que erre, y que si ocurre algo no hay más remedio que sobreponerse.\n\n

    También hay alegría en Sabine Meyer, que ayer interpretó delante de todos nosotros, en Ciutat, el Concierto para clarinete, de Aaron Copland. Mujer madura y estilizada, moderna y vivaz, toca el clarinete con un entusiasmo reverencial, y parece que su cuerpo se desliza sobre el escenario al compás de las exigencias del instrumento, que exige tanto esfuerzo, a pesar de su humildad. Qué maravilla ver en primera línea un concierto en el que tenga el protagonismo una clarinetista, con su vivísimo instrumento, tan alejado de la pompa del piano, o de la pureza sentimental, tan maravillosa, del violín, o de la dulzura majestuosa y carnal del chelo. \n\n

    Sabine Meyer, después de su actuación, besó el clarinete justo al salir del escenario, y al volver a entrar, empujada por los aplausos del público, y así varias veces, y entonces recordé lo que nos dijo la compositora Mercè Pons sobre el amor de los intérpretes por el instrumento, porque lo llevan con ellos a todas partes, como si fuera un ser muy querido del que no pueden desprenderse por nada del mundo. Claro que los pianistas…para ellos no puede valer esto, salvo por el piano que tengan en su casa, quizás. Sabine Meyer besaba el clarinete como si quisiera darle las gracias, y el director, Pavel Baleff, joven y enérgico, se divertía de lo lindo viéndola a ella entrando y saliendo, entrando y saliendo, besando el clarinete con una sonrisa que se parece a la música que ahora oigo, The world is waiting for the sunrise. \n\n

    El mundo espera una sonrisa. Quizás sea éste el sensacional mensaje de Sabine Meyer. Y de Coleman Hawkins, por supuesto.\n\n

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  • 2008-11-28 08:31:54
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