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  • Visito a mi tía Antonia, que tiene 95 años. Vive con su hija, mi prima, que la cuida desde hace mucho tiempo. Me ha conocido enseguida, y me ha llamado por mi nombre, aunque de manera casi ininteligible. Es la hermana mayor de la familia, pero sus cinco hermanos –todos varones- hace ya bastantes años que han muerto. Ella es la superviviente. \n\n

    Su biografía es muy simple: su vida se ha desarrollado en un territorio muy pequeño. Sus padres –mis abuelos paternos- eran aparceros de una explotación agrícola. Se casó muy joven. Su mirado fue también agricultor, así que siguió siendo aparcera de otra explotación agrícola situada a unos diez kilómetros de la de sus padres. Después de su jubilación se fue a vivir a una vivienda situada en las cercanías del lugar donde trabajó y vivió durante cincuenta años. No ha viajado más allá de este círculo de veinte kilómetros, salvo las excursiones de fines de semana con su hija, su yerno y sus nietos. \n\n

    Cuando yo era pequeño, iba a verla con frecuencia. Mi padre y yo regresábamos a casa siempre con algo que nos daba, recién cosechado de la tierra: acelgas, lechugas, tomates, judías verdes o alcachofas. Recuerdo también las vacas, con su paso lento y su corpulencia de campesinas benevolentes. Hace poco pasé por allí. La casa en la que vivían mis tíos está en un estado de completo abandono, y los campos son un erial, un territorio yermo lleno de rastrojos y de piedras. Por un momento pensé que me equivocaba, que es imposible que años atrás allí nacieran y crecieran aquellas acelgas, aquellas lechugas, aquellos tomates, tanta vida. Era el fruto del trabajo duro de mis tíos Miguel y Antonia. Sí, por un momento pensé que me equivocaba, pero por supuesto no era un error: lo que pasa es que el contraste es tan grande, que uno que no hubiera conocido aquel paisaje es incapaz de entender que lo que fue fértil antaño sea ahora un lugar desolado, sin vida apenas –allá a lo lejos un coche descuartizado, y un poco más acá, una lavadora oxidada-.\n\n

    La decadencia de aquel paraje ha ido en paralelo con el envejecimiento de mi tía Antonia, que no está en el tiempo presente, sino sencillamente fuera del tiempo. No sabe muy bien si mi prima es su hija, aunque a mí me reconoció nada más verme –mi prima me dijo un poco antes: ahora veremos si sabe quien eres, no te lo puedo asegurar-. \n\n

    Es mi tía, la hermana mayor de mi padre, pero no recuerdo haber mantenido una conversación con ella a lo largo de mi vida, y en el supuesto de que me lo hubiera propuesto no sé de lo que hubiéramos podido hablar. Ocurre lo mismo con muchos de los familiares que nacieron a principios del siglo XX y que vivieron en el campo, en unas condiciones que ahora mismo nos producen un poco de vértigo. Muchos de ellos eran analfabetos. No creo que mi tía haya leído nunca un libro, ni tan siquiera un periódico, ni si fue alguna vez al cine, o al teatro. Los cuidados –sin descanso- que le prodiga su hija le han endulzado estos últimos años, aunque ahora casi no la conoce, y esto es una injusticia muy grande, de esas injusticias tan grandes que no se pueden atribuir a nadie más que al tiempo, ese verdugo. Desde hace tiempo ya no pasan los fines de semana en la que fue la casa de mis abuelos, que ahora mismo también está cerrada\n\n

    Cuando me despedí ayer de ella, me cogió la mano con más fuerza de lo que yo esperaba, dada su evidente debilidad. Quizás se acordaba de mi padre, que por lo visto era su hermano favorito. Quizás. Pienso que es de esas personas que han nacido, han vivido, y, en su momento, morirán con la dignidad de los que no le han pedido prácticamente nada superfluo a la vida, quizás porque estaba lejos de sus posibilidades, quizás porque sus obligaciones les absorbieron tanto que no pudieron ni tan siquiera desear tantas cosas como nosotros, que parece que estamos siempre a un paso de la infelicidad por no poder alcanzar eso o aquello. Es bueno a veces recordar la vida de los que nos precedieron, para saber de dónde venimos, y así poder apreciar lo que tenemos.\n\n

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  • 2008-12-18 07:24:20
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