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La tarta de manzana fue excelente. Salvador elabora los dulces con el recuerdo de sus treinta años en Francia. Jacqueline, fue su escuela de gastronomía, y también su norte vital. Cuando los vi pasear por primera vez me di cuenta de que formaban una pareja que merecía ser observada. Él absorbió durante 30 años toda la cultura de su mujer, y le queda ahora este orgullo, y recuerdos imborrables que proyecta en cada plato de cocina, en cada postre, como la tarta de manzana que me ha regalado en mi cumpleaños. \n\n Nos empeñamos en regalar objetos extraños a nuestros amigos y familiares cada vez que se celebra algo, sin darnos cuenta de que es mucho más hermoso regalar un dulce elaborado en casa, o cualquier otro plato, como una fiambrera con bacalao al pil pil que, según me contó Ana, le ofreció Mariajo a Serafín cuando éste cruzó la línea de los 50. \n\n Un regalo ha de ser un guiño a la vida, como una lluvia de estrellas en una noche de verano. \n\n Y después, desde la cocina, salimos a la terraza, y alguien se fijó en la luna, ligeramente cubierta por un velo de niebla, y Salvador recitó unos versos de Gabriel y Galán, que yo casi había olvidado desde aquella página lejanísima del libro de Segundo Grado de la Enciclopedia Álvarez, en la que se leía que 'A un panal de rica miel diez mil moscas acudieron...' La voz de Salvador modula muy bien los versos, que siempre suelen ser adornados por el matiz más vital de sus 83 años.\n\n Estuvimos un buen rato elaborando teorías extrañas sobre la lluvia y su presagio: un escarabajo vuelto del revés significa lluvia segura, decían en mi pueblo cuando yo era pequeño. No, no había ningún escarabajo en la terraza, pero la suave capa de niebla sobre la luna era un indicio de la lluvia de estrellas que vimos en el horizonte, regueros de luz que nos dejaron la mirada envuelta en sueños. \n\n \n\n
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