LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_LOS-LIMITES-DE-LA-TIERRA_2008_9_19_EL-CAMINO-LOS-ADOLESCENTES

Empieza el curso escolar. Los adolescentes caminan por la calle después de dos o tres meses de vacaciones. Salen de sus casas con un nudo en la garganta, dispuestos a enfrentarse a las asignaturas obligatorias y también a todas esas optativas que parecen la guinda de una preparación de sobresaliente y que, sin embargo, no son más que añadidos que quitan tiempo a lo verdaderamente importante: las matemáticas y el lenguaje, la física y la historia, los idiomas. Son jóvenes que tienen de todo y que sin embargo no reciben los estímulos suficientes para saber en qué dirección hay que ir, a la vista de las dificultades que observan en el mundo. \n\n

Delante del televisor son los conejillos de indias de un sistema de coordenadas sin norte moral de ningún tipo. He intentado mirar y escuchar las noticias de algunas cadenas de televisión, y la única postura crítica me ha parecido, con diferencia, la que aporta Gabilondo, que no es mordaz, ni irónico, ni prepotente, ni espectacular: es directo y tiene las ideas claras, y en sus comentarios editoriales hay sólo lucidez y una visión libre de mundo, por mucho que algún avispado me salga con que es de tendencia socialista. Iñaki Gabilondo es un crítico racional, y las posibles coincidencias con el centro izquierda son desde luego a posteriori: no son deudoras de un planteamiento previo.\n\n

Mis hijas escuchan a Gabilondo y luego hablamos. Quizás hay ya un atisbo de conocimiento en cualquier mirada libre al mundo. Pienso en mí, cuando tenía su edad, y sé perfectamente que no sabía nada, nada de nada, porque nadie opinaba de nada, puesto que la voz estaba prohibida, y estaba tan prohibido opinar que yo ni siquiera lo sabía, aunque lo debía intuir, porque tenía conciencia de que si alguien decía algo podía incurrir en algunos de los pecados de entonces.\n\n

Así que la posibilidad de poder expresarse en libertad (siempre limitada por los miedos individuales, más que por los sociales) es una maravilla tan extraordinaria, un regalo tan desmesurado, que me hago cruces de que en muchas cadenas de televisión no utilicen esta libertad teórica en la dirección adecuada. Los jóvenes de hoy deberían aprender a enfrentarse al mundo en libertad. La educación debería ser el camino para poder expresarse en libertad, para ser críticos con los demás y con nosotros mismos.\n\n

Siempre me ha gustado ver los grupos de adolescentes caminando por las mañanas hacia las escuelas. A veces los miro, mientras estoy parado delante de un semáforo, y me quedo pensando en las inmensas posibilidades que tienen. ¿Sabrán hacer uso de ellas?\n\n