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Le pregunto si es él, B.J. Le he visto fotografiado en algún periódico, y su cara me ha resultado vagamente familiar. De todas formas no es una casualidad, ya que nos cruzamos en el patio de su Fundación, en el norte de Mallorca. Me responde que sí...\n\n -Soy yo, pero sólo a veces...\n\n Y se pone a hablar de mi cámara fotográfica, como si no le diera importancia al hecho de ser él mismo...Y entonces me quedo pensativo, porque parece que su manera de referirse a sí mismo, a esta falta de esencia, es el resultado de una reflexión muy profunda, porque en sus palabras no había ironía, ni estupor, sino convencimiento, quizás condimentado por algo de escepticismo.\n\n Ya sé a lo que se refiere, o lo intuyo a medias...B.J. no es del tipo de personas que se conforman con 'soy austríaco', sino que hurga en el mundo entero para encontrar algo suyo en todos los continentes. Un yo diseminado y múltiple, una manera de buscarse en cada cultura, una manera de ser en los otros...Por esto su museo es un homenaje al mundo, y un toque de alerta ante la devastadora huella de los hombres. Y también un canto a la belleza, y al optimismo...\n\n Yo también me lo pregunto: quién soy, y recuerdo a Dámaso Alonso, que un día dijo:\n\n 'Todos somos un conglomerado de cosas inconexas'.\n\n
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