\nPorque nosotros nos amábamos a la antigua y fuimos grabando a fuego lento en nuestros corazones un amor eterno. Porque no hay eternidad que pueda separar a dos corazones que se han amado de verdad.\n\nEs por eso que miro el horizonte buscando alguna señal, miro a las estrellas por si detras de una de ellas tú estas, miro al cielo si es de día e imagino tu rostro entre las nubes vigilando mi caminar, busco en la noche a la luna menguante o creciente, por si en ella te meces y te duermes, para sentirme tranquila y saber que estas bien allí donde el destino te quiso llevar.\n\nVeo tu reflejo detrás de un sol resplandeciente, puedo ver tu sonrisa traviesa entre las olas que llegan y me salpican. Y como no ver esos grandes ojos que emitían destellos y que me hablaban sin hablar.\n\nMiro tus cartas, no las leo (no tengo fuerzas para ello), me acompañan tus fotos (así sé que tu presencia en mi vida fue real y no un sueño), comparto contigo mis penas, te pido consejo y te hablo cada noche pidiéndote fuerzas y valor para afrontar cada día el reto de una vida que sola sin tu amor me tocó llevar.\n\nDejaste en mi corazón la semilla de la felicidad, pero con tu marcha ella tampoco se quiso quedar y partió poco después buscando tu camino para poder junto a ti andar. Que solita me encontré, que solita me dejó, pero aquí sigo luchando deseando algún día volver a encontrarla para hacerla eterna en mi caminar.\n\nEsa que un día encontré contigo y esa que me enseñó que el corazón, salta, canta, llora, baila….. cuando se ama de verdad.\n
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