Feliz, con un grupito de mis mejores alumnos de 4º, en un almuerzo no oficial de fin de curso. Junio/2010\n\nA Isita, Jesús, Alberto, Estefanía, Almudena (¿o Virginia, su gemela, y que sigo confundiendo), Sara, Carlos, y los que no han salido en la foto, más unos pocos de los otros grupos porque hicieron que mi estancia este curso en el IES Gonzalo Nazareno fuera muy gratificante...\n\n...pero cuando llegan los últimos días de agosto, los últimos coletazos de esas vacaciones tan envidiadas por muchos por su extensión, también llega la desazón, la angustia...¿Por qué? Porque llevo casi veinte años deambulando, sin saber la mayoría de las veces dónde trabajaré ese curso, cómo serán los nuevos alumnos, sus padres y mis colegas, si tendré que ir a trabajar lejos de mi casa o me quedaré cerca, si tendré que pasar mucho tiempo conduciendo, si tendré que impartir clases de alguna asignatura "afín" o tendré la suerte de dar sólo aquellas que estudié en la universidad. Primero porque era interina, ahora porque estoy en expectativa, sin destino definitivo, el caso es que sólo en dos ocasiones he estados dos cursos seguidos con los mismos alumnos. Y esta sensación cada año que pasa me ocurre más y es que me parece que estoy empezando a estar un poco quemada en mi trabajo, en una profesión que es mi vocación. Me quedan diez años para la bendita jubilación, y la verdad, empiezo a encontrar otros alicientes en mi vida más enriquecedores que estar enseñando en cualquier instituto. Y es que es poco gratificante ver el pequeño porcentaje de alumnos que tienen unos objetivos y valores en la vida. La mayoría va dando tumbos y palos de ciego sin saber lo que quieren o si tienen que querer algo, que se cree que esos papás que le dan todo lo que piden van a estar ahí siempre y ellos no tendrán que hacer nada más en la vida que vivir como si siempre fuere finde. Y muchos padres lo que quieren es que sus hijos estén ahí, recogidos y cuidados, como si aquello fuera una guardería y nosotros nos convertimos en cuidadores, porque ellos no tienen tiempo, y quieren que les eduquemos, porque ellos no tienen tiempo. Pero yo creo que no es mi función enseñar a sus hijos cómo deben sentarse, que no hablen a gritos, cómo deben vestirse o pedir permiso para entrar, decir buenos días, etc. y es lo que hago la mayoría de las veces. \nLa verdad es que debería confiar en que el destino que me han dado provisional (a 500 mtros de casa) será al que iré, pero la cuestión es que hasta el 5 ó 6 de septiembre la Consejería de Educación no publica la adjudicación y siempre me han cambiado, así que no me hago ilusiones. Lo que yo me pregunto es por qué no hacen esto antes con lo largo que es el verano, y luego sólo tenemos 48 horas para presentarnos en el destino adjudicado.\n\n\n
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