Islas Chafarinas 1990\n\n
Si no fuera apátrida y un antibelicista redomado, este hubiera sido un heroico y romántico principio para un libro: \n\n
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“En 1990 me alisté voluntario en las fuerzas especiales del norte de Africa. La Primera Guerra del Golfo había comenzado y me sentía obligado a defender mi patria con honor y valentía.”.\n\n
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Sin embargo, la realidad no fue así...\n\n.\n\n
No veo honor alguno en obedecer órdenes para asesinar a unos, que también reciben órdenes para asesinar a otros. Y mucho menos para defender una ralla en un mapa o los colores de un trapo. Parece ser, que no surtió efecto el adoctrinamiento machacón que día tras otro me obligaba a tensar mis cuerdas vocales para repetir una y otra vez:\n\n
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“Soy Soldado Regular. Nacido en Tierra Española. A morir marcharé sin temor…”\n\n
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Mi alistamiento no fue ni honorable ni romántico, si nos ceñimos a la estricta realidad, una estúpida ley y un sorteo, fueron los culpables de que en un enero de la década de los noventa me tuviera que alistar forzosamente al ejército durante un año. Aunque eso si, en Africa.\n\n
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En aquellos tiempos había una edad en la que jurídicamente un adolescente se convertía en hombre, y por lo tanto, el recién "hombre", tenía que cumplir como tal con la nación. De este modo, al cumplir las 18 primaveras automáticamente se entraba en un fatídico sorteo.\n\n
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Lo que se sorteaba era la ciudad y regimiento en el cual, el recién "hombre", debía servir a la noble patria como soldado y defensor de sus baluartes. \n\n
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A mi me tocó realizar el servicio militar en Melilla, uno de los últimos bastiones de España, en la costa norte de África. Tal vez, allí empezó mi "mal de África.\n\n
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La ciudad de Melilla tiene su origen en una fundación fenicia. A partir del siglo VI a.C. fue ocupada por los cartagineses, jugando un importante papel en su lucha con los romanos por el dominio del Mediterráneo Occidental. \n\n
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Los cartagineses fueron desplazados más tarde por los romanos, que establecieron en ella una colonia y en la que incluso llegaron a acuñar moneda. \n\n
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Posteriormente Vándalos y visigodos se establecieron en ella a comienzos del siglo V d.C., hasta que con la expansión árabe, fue incorporada al califato de Córdoba a finales del s. IX. \n\n
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En el siglo XIII pasó a pertenecer a los meriníes de Fez. Su principal actividad económica en esta etapa fue la piratería.\n\n
.\nSu posición estratégica en el norte de África, como avanzadilla defensiva frente a un posible ataque musulmán sobre la Península, hace que los reyes castellanos se planteen su conquista.\n\n
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A finales del siglo XV el duque de Medina Sidonia ordena tomar la ciudad, esto se produce el 17 de septiembre de 1497, comenzando entonces a ser construida una ciudad cristiana sobre las ruinas de la musulmana.\n\n
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Desde entonces Melilla ha sido un importante enclave militar situado estratégicamente para poder contener “al moro” en caso de guerra. \n\n
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No hay que remontarse a tiempos de la reconquista para materializar esta amenaza. Como hiciera Ricardo Corazón de León con Saladino, tan solo unas pocas décadas atrás se libraron terribles batallas en el barranco del Lobo, o el Monte Gurugú para rechazar el ataque del terrible Abd el-Krim.\n\n
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Siempre me ha atraído este personaje, y no sólo por ser un gran estratega, sino porque me siento identificado con él, ya que los dos hemos vivido en las mismas ciudades, Melilla y El Cairo. Al igual que él hizo en Melilla, yo en la capital egipcia trabajé para un agencia de prensa hace ya unos años, en esa misma ciudad Abd el-krim vivió sus últimos días como refugiado de guerra.\n\n
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No solo esto, los dos servimos en el mismo cuerpo militar, eso sí, con casi un siglo de diferencia.\n\n
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Abd el-Krim fue traductor y escribiente de árabe en la Oficina Central de Tropas y Asuntos Indígenas en Melilla, donde también, como he comentado anteriormente, trabajó para el periódico “El Telegrama del Rift”en el que escribía un artículo diario en árabe. \n\n.\n\nEn 1915, durante la Gran Guerra, ante las sospechas francesas de que colaboraba con los alemanes, fue enjuiciado. Se dictaminó su absolución, pero el Alto Comisario se negó a ponerlo en libertad, permaneciendo encarcelado durante un año.\n\n.\n\nAl liberarlo, el resentimiento provocado por la injusta condena le hace preparar la lucha contra España, el invasor.\n\n.\n\nEn 1921 era ya el líder del movimiento anticolonial de Marruecos, y desde esa posición preparó la sublevación general del Rif.\n\n.\n\nEn Annual fuerzas árabes lideradas por Abd el-krim derrotaron al ejército español, que se vio forzado a replegarse. Más tarde se organizó como territorio independiente.\n\n
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Después de incesantes batallas, con su guerra de guerrillas, mantuvo en jaque al ejercito español durante años, hasta que en 1926 con el desembarco de Alhucemas se vio derrotado y se entregó al ejercito francés.\n\n
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En 1947 se escapó en un traslado de la isla Africana en la que estaba deportado y se refugió en Egipto siendo acogido por el rey Faruq I. Paradójicamente, cuando trabajé en Egipto, tuve la oportunidad, los recursos y la satisfacción de invitar a mis padres a pasar unos días en la inmensa suite real donde el Rey Faruq, según dicen, se corría algunas de sus juergecitas con parte de su harén. Esto sucedía en el histórico y mítico hotel Helnan Shepheard, el cual, antes de retiro del Rey Faruq ya fue cuartel general de Napoleón Bonaparte.\n\n
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Retomando la historia de Abd el-Krim, al final murió en el Cairo en 1963, sin ver las descolonizaciones de Marruecos y Argelia por la que tanto luchó.\n\n
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Veintisiete años después, en España, Oscar Yuste recibía una carta del ministerio de defensa donde Indicaba que debería presentarme el 15 de enero en el puerto de Almería para embarcar hacia Africa.\n\n
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En un principio me destinaron en un cuerpo ordinario como a cualquier otro recluta de reemplazo. Sin embargo, una vez destinado en aquel regimiento, debido a mi rebeldía, a modo de castigo me enviaron a un cuerpo en vías de extinción en el que nadie quiere estar.\n\n
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Ese cuerpo era el Regimiento de Infantería de Regulares nº 52 de Melilla, orgullo de España y azote de " el moro" en tiempo de guerra.\n\n
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Por aquel entonces corría el año 1990 y como así quedo registrado en los anuarios de la época, otra guerra injusta se declaró en la zona del Golfo Pérsico. Y esta guerra nació con nombre y apellidos, ni más ni menos que era "La madre de todas las Guerras!. Y por si el nombre fuera poco amenazador, el señor Sadaam, proclamó que Alá bendecía esta guerra desde lo más alto y todos los musulmanes debían unirse a ella.\n\n
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Me destinaron al fuerte Fuerte de La Purísima, hoy en día un centro de acogida de niños inmigrantes. Era un antiguo fortin situado en las afueras de Melilla muy cerca de la frontera con Marruecos y alejado del núcleo urbano. Los melillenses utilizaban la teoríca protección que brindábamos para acudir en coche con sus parejas y retozar bajo la protección del pavellón español y implacable sol de aquella zona semidesértica. Este sol era nuestro aliado para luchar contra el tedio, ya que el calor dentro del coche era sofocante y las parejas más apasionadas no teníen más remedio que salir al exterior y acabar su cometido encima del capó del coche, momento que pertrechados de prismáticos, disfrutábamos con gran deleite y terrible envida.
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\n\n (Fuerte de la Purísima)
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Desgraciadamente, mi carácter insurgente, no casaba con las estrictas normas del ejercito y a los pocos meses me topé con los barrotes del presidio militar.\n\n
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Esta guerra me brindó la oportunidad de salir del presidio, siempre y cuando me alistara "voluntariamente" a alguno de los destinos de mayor riesgo, debido a la amenaza de nueva guerra santa declarada al infiel.\n\n
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No lo dudé, y con el objetivo de salir del presidio, me alisté voluntario a un destacamento para proteger las Islas Chafarinas, un pequeño archipiélago situado enfrente de las costas de Argelia y Marruecos. Ya han pasado 18 años desde aquellos acontecimientos.\n\n
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Me levantaron el arresto, y en helicóptero me trasladaron a la única isla habitada de las Chafarinas, aunque solo la moraran un destacamento de unos cuarenta soldados, dos sargentos y un teniente. Aquella fue mi primera isla africana y en territorio musulmán. ¿Quién me iba a decir que 18 años más tarde, me encontraría escribiendo esta historia en Zanzíbar? Otra Isla africana en territorio musulmán.\n\n
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Heme aquí de nuevo, otra vez en una isla de África, otra vez rodeado de mezquitas, más viejo y cansado, aunque también, más seguro y sosegado.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
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