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  • ¿Qué sabía yo de Sagunto antes de estar en Sagunto? Veamos…\n\nPor la Historia sabía que tuvo algo que ver en las luchas entre Roma y Cartago. Y que Aníbal se lo cargó, como aviso y amenaza a la capital del Imperio. El resto, es historia.\n\nPor la Geografía, igualmente sabía que se trataba de una ciudad a orillas del Mediterráneo. Un puerto muy antiguo, casi milenario.\n\nPor la economía, la información y la actualidad también estuve enterado del crac que supuso el hundimiento de la Siderúrgica, el consiguiente cierre de Altos Hornos y todo el follón que en torno a este asunto se armó no hace tanto tiempo. Bueno, sí, ya hace su tiempo, por lo menos ventimuchos años.\n\nY poco más. Eso es lo que yo sabía de Sagunto, antes de estar allí y visitarlo. Y vive el cielo que fui casi por casualidad, que no era mi intención. Pero alguien me incitó a ello, me lo recomendó, tal vez viendo mi desconocimiento y asegurándome que merecía la pena y que luego hasta se lo agradecería. Y fui.\n\nLo primero es que Sagunto no está junto al mar. Está algo más en tierra que en agua. Porque Sagunto es una, pero son dos, que hay otra parte, El Puerto de Sagunto, que esa sí que está justo a la orilla del Mediterráneo. Pero nada de dos partes iguales, dos gotas de agua, dos medias naranjas; ni hablar. Son bien diferentes, y, si me apuráis, hasta profundamente distantes. Una es (o fue) agrícola, medieval y monumental; y otra es marinera, industrial y turística.\n\n\n\nEl caso es que lo primero que te encuentras en Sagunto es que las calles se titulan como muestra esta fotografía: "Carrer"\n\n\n\nLo segundo que se percibe es que están de obras. Es la plaza mayor y se encuentra totalmente levantada. Su nombre: Plaza del Cronista Chabret. Vallas, sacos de cemento, piedras amontonadas, máquinas, etc. lo adornan este verano. Se ve que el turismo de por aquí es de otra estación, tal vez el invierno.\nCentro comercial y cultural de la vida saguntina medieval, es el lugar donde se celebraba el mercado semanal. En ella se encuentra la iglesia de Santa María y en la parte Noroeste puede verse la puerta del Almudín, donde antiguamente se depositaba el trigo para abastecer a la población y venta a particulares. Actualmente, como ocurría en la Edad Media, con motivo de las fiestas, se cierra la plaza con barreras y se corren vaquillas y el toro embolado.\n\n\n\nLo tercero, que en realidad es lo primero que se ve según te vas acercando a la ciudad, es el castillo en lo alto del cerro, coronando el caserío que se apiña en la parte norte del peñasco.\n\n\n\nLo cuarto, es la entrada al barrio judío, la judería. Este arco y esta puerta lleva el nombre de Portalet de la Sang.\n\n\n\nLuego siguen callejuelas estrechas y retorcidas…\n\n\n\nAquí hay otra pequeña puerta de nombre desconocido, junto a la Placeta de la Jueria. Las sillas amontonadas casi la ocultan, pero ahí está en toda su hermosura y prístina belleza, abriendo paso a fachadas de cal y suelo de empedrado.\n\n\n\nYa metido en faena de callejear…, callejeando se llega a esta también pequeña alhaja: Ermita del Bon Succes\n\n\n\nConvertida en lugar de peregrinación y también de encuentro entre culturas y religiones…\n\n
    PEREGRINATIO.

    José Albelda.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    Ermita del Bon Succes\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    (S.XVII)\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    «Este modesto proyecto quiere ser la escenificación de un deseo: vincular los dos significados de /Ecúmene/ - el espacio de una cultura y el hermanamiento de las religiones a través de la convivencia de sus símbolos en un mismo lugar que acoge: la ermita del Buen Suceso.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    Escenificar la superación de un enfrentamiento milenario a través del ceremonial del encuentro. Compartir con sencillez el oro intangible de la trascendencia, el agua de la purificación, el incienso, la luz que ilumina la conciencia de los místicos y la música pra el alma».\n\n \n\n\nalberga en su interior lo que por un pequeño ventanuco conseguí inmortalizar, a pesar de las dificultades que no se sabe porqué tenían fácil solución: dejar abierta la puerta, para poder entrar y disfrutar…, y también para venerar y orar.\n\n\n\nEcúmene, dice el cartel explicativo. Cristianos, judíos y musulmanes tienen aquí raíces comunes que ojalá perduren.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    «Ecúmene, raíz de ecumenismo, movimiento religioso que promueve el acercamiento de las tres religiones abrahámicas: cristianismo, judaísmo e Islam. Su significado original –oikumene- designaba el espacio habitado por una cultura y su religión, su mundo, su lugar. Este modesto proyecto vincula ambos significados en la escenificación de un deseo, el acercamiento de las principales tradiciones espirituales a través de la convivencia de sus símbolos en un mismo lugar que acoge: la ermita cristiana del Buen Suceso.

    La ermita es un lugar privilegiado para la acogida de lo más esencial de las demás religiones, sus símbolos de reconocimiento ante el mundo. Preparamos un espacio adecuado para signos tan distintos, evitando que se repelan tras siglos o milenios de lejanía. Todo se recubre de pan de oro para crear una atmósfera intangible y sagrada que a ninguna religión incomode.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    Procuramos el respeto de los símbolos hacia la virgen que los acoge y la presencia de lo que les es común: el agua de la purificación, el incienso, la luz que ilumina la conciencia y la música para el alma».
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    Y debajo los símbolos de\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    Taoísmo, Hinduísmo, Budismo Zen, Islamismo y Judaísmo\n\n\n \n\n\nVuelvo al interior, que me atrajo y me sedujo. En el silencio de aquellas callejas si pegas la cara a la ventanuca oyes música, hueles incienso y quedas hipnotizado por la suave luz reflejada en suelo, paredes y techo.\n\n\n\nMás arriba y más adentro de la judería, el Calvario. Un viacrucis monumental, todo blanco y solitario, con sus estaciones y en lo alto la capilla.\n\n\n\nIV Estación: Jesús encuentra a su Santa Madre\n\n\n\nPor aquí debiera estar la pared ciclópea que resta del milenario templo de Diana, pero no la encontré.\n\n\n\nY esta puerta dorada en el acceso principal al templo de Santa María.\n\n\n\nAl castillo hay que subir, como es natural y propio, por una cuesta. Y conforme se sube se va viendo, además de la sempiternas obras, detalles de murallas, torres y almenas.\n\n\n\nYa arriba, se abre el horizonte. Al fondo el mar. Es la vista hacia el Este.\n\n\n\nPor el extremo contrario, el Oeste, la sierra, campos de cultivo y pueblos.\n\n\n\nVeis, esto es lo que se divisa si se pone uno de espaldas al mar: naranjales, huertas y caseríos.\n\n\n\nEl castillo conserva cierta prestancia de otros tiempos. Muchos lo tuvieron y pretendieron retenerlo, nadie lo consiguió mantener a perpetuidad.\n\n\n\nAlgo parecido le ocurrió al Teatro Romano. Y bajo el sillerío moderno y pornográfico se asientan los sillares del principio, hartos de aguantar silencio de siglos.\n\n\n\nRelamido escenario, dolor de todo un pueblo que se queja amargamente de lo que considera profanación. En realidad se trata de la realidad posible, tras historia de olvido, desmanes y bombardeos.\nUn paisano que por allí andaba, ya anciano, se me presentó como alguien que en la guerra incivil cuidaba de este lugar; presenció la caída de cuatro bombas de 25o kilogramos durante la contienda. No le permitieron, entonces, reparar los estropicios y se quejaba ahora de lo mal que este monumento es tratado.\n\n\n\nEl moderno graderío no oculta la piedra original, y hasta parece pedir disculpas…\n\n\n\n…como diciendo: si no te gusta, tranquilo, me quitas y ya está, que yo no pretendo perpetuarme para afrentar; apenas sólo para que quienes venga, se sienten.\n\n\n\nHay rincones muy bellos,\n\n\n\nincluso bien conservados, o reparados con respeto.\n\n\n\nY también se encuentran posiciones desde las que la mirada atisba y atrapa a la misma historia.\n\n\n\nPero en el mismo centro, este escenario casi, casi, ofende.\nY si lo miramos por detrás, justo la fachada exterior que tiene este teatro romano frente a la ciudad, está el "muro de la vergüenza", como califican los saguntinos a la pared de ladrillo que le cierra y le encorseta.\n\n\n\nBueno, pues este es el Ayuntamiento, y la cola es para sacar las entradas residuales que se ponen a la venta el día de autos de 28 de agosto de 2009 para la representación de "La destrucción de Sagunto", en el teatro romano, por supuesto.\n(Letra de José María Pemán. Música de Joaquín Rodrigo, saguntino de nacimiento)\n[La mayoría se vendieron por Internet. Y ya el 4 de agosto se anunciaba que se habían agotado; que sólo el día 28 saldría por taquilla el pequeño resto que quedaba.]\nPor ahí debería estar yo, pero no estoy, si no ¿cómo habría sacado esta foto?\nFue una suerte casual: llegar por primera vez a Sagunto y encontrarme con este premio gordo en la lotería de la vida. Muy pocos tuvieron la suerte que tuve yo.\n¡Conseguí la entrada!\n\n\n\nEl "muro de la vergüenza", que decía antes, es la entrada principal del teatro romano. Ahí estamos en la cola ya para entrar a la función.\n\n\n\nMientras llegaba el momento de correrse el telón, tengo tiempo de mirar en el atardecer al apiñado conglomerado de casas y monumentos, que ladera abajo se extiende hasta el cauce del Palancia, nombre del río que semicircunda el municipio.\n\n\n\nGraderío casi lleno, público impaciente, alegría explosiva de gentes del Mediterráneo…\n\n\n\nEn medio de aquel gentío, ¡quién sabe si yo fuera el único advenedizo! Sin embargo, en ningún momento me sentí un extraño.\n\n\n\nSilencio, empieza la representación.\n\n(A partir de aquí la calidad es la que es. Fotos robadas, que estaba prohibido hacerlas y todo lleno de vigilantes, acomodadores y gentes del servicio. Perdonad, pero esto es lo que hay. No hay nada más.)\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\nActores, directora, equipo técnico, reciben el aplauso cerrado y largo de público enardecido y también agradecido.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

    La última foto, quizá la más espectacular, no la pude sacar. El público en pie, aplaudiendo y vitoreando, cantando al son de la música el himno de su pueblo, Sagunto, agasajaba a los actores que tan magnífico espectáculo acaban de ofrecer. Yo también aplaudía, y de alguna manera, también era saguntino en aquella hora tardía, ya de madrugada.\n\n\nHe robado de un blog amigo - EL NOSTRE BARRI SANTS DE LA PEDRA EL RAVAL (SAGUNT)- esta foto, -y no sé si me dará permiso, que aún no se lo he pedido-, para cerrar este artículo con un poco más de calidad fotográfica:\n\n
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  • 2009-09-02 18:28:29
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  • Sagunto bulle entre piedras milenarias
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