PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • En una tarde madrileña de domingo, Valdir esculpe a Marisa en la Plaza Mayor. Cubre su cara con una masa marrón, dibuja sus cejas. Todo con mucho cuidado y cariño. Mientras su mano derecha trabaja con fuerza, la izquierda se concentra en los detalles.\n\nValdir O. Martinez Requena y Marisa Vendetta tienen 36 años. Él llegó a Madrid hace 4 años. Ella, hace dos. En un pasado no muy lejano, él trabajaba en el sector de construcción y ella hacía un taller de teatro. Hoy, los dos se ganan la vida como la pareja de barro.\n\nTodo empezó en Granada, tierra de los padres de Valdir. “Se acabó mi dinero, los que pasa con muchos brasileños en España”, cuenta. Su intuición le llevó hasta Almería, donde la misma arena que marcaba sus huellas en la playa le inició en el arte de hacer esculturas.\n\nSu cambio desde la arena hacia las estatuas humanas tiene un nombre: Joris. Éste belga que conoció en Almería le enseño como transformar un ser viviente en un objeto de barro. Valdir lo aprendió muy bien, y lo convirtió en su profesión.\n\nAl trabajo\n\nPara preparar la masa es necesario tierra, agua y nada más. Esa es la parte más fácil. Lo difícil es quedarse inmóvil, por “cuatro o cinco horas de concentración absoluta”. Ser estatua humana duele. Afecta las articulaciones, los muslos, la espalda. “Hay que estar preparado físicamente”, añade Valdir. La pareja de barro, que actualmente hace ejercicios de concentración y respiración para trabajar, piensa ya en inscribirse en clases de Yoga para mejorar su desempeño.\n\nPor dentro de la cáscara seca de tierra y agua, hay dos personas de carne y hueso. Y que tienen hijos de carne y hueso que necesitan de libros para la escuela y ropas para vestirse. A pesar de no revelar cuanto gana diariamente, la pareja confiesa que el dinero “es suficiente para vivirse bien”. Y eso es esencial pues, con la cantidad de trabajo que tienen, “no hay tiempo para dedicarse a nada más”, dice Valdir.\n\nAdemás de la retribución monetaria, la pareja gana reconocimiento en los festivales que participa al lado de su producción, “El barredero”, construido con un material que imita al bronce. Debajo del metal que luce y barre la acera de la calle Arenal -cuando un ciudadano contribuye con una moneda-, está el también brasileño Aureliano José, de 36 años. Él se coronó la estatua viviente de destaque en el Festival de Gran Vía y ganó el Festival de Durón, uno de los tres más importantes del mundo.\n\nInteracción\n\nAureliano explica que los festivales, que exigen que el participante esté inmóvil, son muy distintos del trabajo en la calle: “aquí afuera las personas esperan su reacción después de darte una moneda”.\n\nSobre eso, no hay discusión. Bajo el sol de la Plaza Mayor, un chico arroja una moneda a la pareja de barro. Valdir se mueve y le da la mano. El chico mira desconfiado. Aproxima su mano del hombre de barro y la retira rápidamente en un susto. Luego vuelve a intentarlo. Cuando toca la tierra, sus ojos verdes brillan y timidez le sonroja. Inmediatamente se va, llevando una sonrisa de felicidad. Mañana, en la escuela, todos sus amigos sabrán que, como un aventurero corajoso, dio la mano a un hombre de barro.\n\n Por ; Fernanda Barbosa.\n\n
sioc:created_at
  • 2009-06-02 11:57:59
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/movida-brasilena/2009/6/2/estatuas-barro-corazon-gente- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Estátuas de barro, corazón de gente.
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all