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En tus preceptos medito,\n y pongo mis ojos en tus sendas.\n En tus decretos hallo mi deleite,\n y jamás olvidaré tu palabra.\nSalmos 119:15-16\n\n
Para una gran cantidad de personas—incluso algunos cristianos—la lectura de la palabra de Dios se convierte en algo fastidioso y frustrante. La razón de ello estriba en que el texto se vuelve incomprensible, de la misma manera como cuando alguien comienza a ver una película por la mitad y le resulta difícil entender la trama o quiere leer un libro en idioma extranjero sin poseer al menos los rudimentos de ese idioma. Esta falta de comprensión se debe a su vez a que intentamos lograr la comprensión del texto basados exclusivamente en nuestras propias capacidades y no nos damos cuenta de que necesitamos a un tutor que nos ayude con las palabras desconocidas, con la relación del pasaje que estamos leyendo con la trama principal, con la aclaratoria de pasajes de difícil interpretación y aún mucho más importante, con la aplicación de los principios expuestos en la palabra a nuestra vida.\n\n
En algún lugar de la retorcida estructura helicoidal del ADN de los machos de la raza humana existe una secuencia de aminoácidos que nos impide pedir dirección a otros cuando estamos extraviados.\n\n
Tenemos que entender que la vida es como un viaje con un origen y un destino al cual se le puede llegar por diferentes caminos e incluso hasta no llegar. Para realizar ese viaje se requiere preparación y dirección. La longitud y la dificultad del viaje dependerá de la ruta que hayamos elegido seguir. Es necesario consultar un mapa, buscar la asesoría de otros que conozcan bien el trayecto y elaborar un plan de viaje. Buscar la asesoría del Espíritu Santo de Dios es indispensable para garantizar que llegaremos a nuestro destino por la ruta más corta y más segura. Seguir las instrucciones en el plan de viaje nos garantizará que no nos extraviemos por senderos secundarios que no nos llevan a ninguna parte.\n\n
Busca y sigue la dirección de Dios para tu vida. Consulta el mapa de ruta de la vida que es la palabra de Dios. Tu viaje será mucho más placentero y libre de extravíos. ¡Sólo a Dios sea la gloria!\n\n