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  • 26 de noviembre, 54º 50’ latitud Sur.\n\nHoy ha amanecido un día frío y gris, con rachas cortas pero muy fuertes de viento, lo que por otra parte no es ninguna noticia en este lejano sur antártico. Pero Pascal, el capitán y dueño del Valhalla, cree que irá mejorando conforme avance la jornada. Desde que lo construyó con sus propias manos —dos años de duro esfuerzo y un nombre cargado también de poesía que recuerda al paraíso al que van a los guerreros muertos en combate según la mitología nórdica—, Pascal no tiene más jefe que a sí mismo ni más ley que la de estar cerca del mar. A popa queda una vida entera a bordo de todo tipo de navíos en los que este francés enjuto y pequeño, de nariz aguileña, perfil de comadreja y manos encallecidas por mil singladuras, hizo de pescador, cocinero, marino mercante, tripulante de alta competición… Soporta el frío del Antártico con unos simples vaqueros y unas zapatillas deportivas y apenas perpetra unas palabras en castellano, pero sus ojos vivarachos lo dicen todo. \n\n\n\n Como todo buen marino, Pascal tiene detrás una hermosa historia de amor. La suya empezó en 1994, cuando participaba, junto a la navegante francesa Isabel Autissier, en la regata Nueva York-San Francisco a través del Cabo de Hornos. Autissier consiguió su objetivo —ganó la regata y dejó el récord en 62 días, cinco horas, 55 minutos y 40 segundos—, pero Pascal Boimard sólo retuvo de esa gesta la luz misteriosa y la bravura que envolvían aquel peñón negro de la isla de Hornos, el fin del mundo, cementerio de tantos valerosos marinos, muertos al desafiar las traicioneras aguas en las que se abrazan el Atlántico y el Pacífico. Sin pensarlo dos veces, cortó amarras, dejó el Caribe, donde alquilaba el Valhalla a turistas ricos, y se estableció con Bernardette, su mujer, en Ushuaia, un sitio mucho más acorde con alguien que ha consagrado su vida al océano. Ahora dedica sus días a acompañar aventureros que desean vivir en primera persona esta singladura a vela, como los antiguos galeones, hasta el punto más emblemático de la navegación mundial.\n\nAl caer la noche, el Valhalla irrumpe en la rada de Puerto Williams, la base naval que da soberanía a la porción chilena de Tierra de Fuego.\n\n \n\n\n\n\n\n
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  • 2009-01-23 08:11:02
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  • Los viejos marinos esconden historias de amor
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