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No puedes decir que has estado en Bogotá si no has ido al menos una noche a cenar al lugar más loco y disparatado de toda Colombia: Andrés carne de res.\n\nEstá en Chía, a unos 8 kilómetros del centro, y lo normal es que empieces cenando eso, carne de res, pero acabes bailando salsa encima de las mesas o en alguna de las dos pistas de baile con un pedal considerable de ron. De hecho su denominación es restaurante-bailadero.\n\n \nEl tal Andrés, personaje bohemio y emprendedor, empezó hace muchos años con un merendero a pie de carretera donde servía carnes a la parrilla. Poco a poco se fue haciendo muy popular entre los bogotanos y terminó convertido en un espectáculo en sí mismo, que va más allá de la restauración.\n\n\n Hay colas para llegar, docenas de aparcacoches que te ayudan a dejar el carro, servicio de vigilancia y atención al tráfico. Y una vez que entras… una orgía barroca. Las paredes y techos están decoradas con todo tipo de cachivaches, afiches, trastos, lucecitas, banderitas, chapas, antigüedades y los más variopintos objetos que te puedas imaginar, de tal manera que no cabe ni un alfiler. Hay unas 300 mesas y 850 empleados, de ellos 250 meseros (camareros); es decir, casi uno por cada mesa. Mientras cenas van desfilando todo tipo de personajes y animaciones, desde diablos a pachangas de carnaval. Si encima dices que es tu cumpleaños te montan un show que nunca más querrás volver a celebrar tu onomástica con una aburrida tarta de merengue con velas.\n\n Solo abre de jueves a domingos y se pone a reventar de gente joven de la clase media-alta bogotana y de extranjeros, todos con ganas de agradar. Lo normal es que antes de que llegue el segundo plato, la peña esté ya en estado de catarsis colectiva. Y a los postres no queda nadie en su mesa: están todos bailando salsa, vallenato o cumbia hasta en el cuarto de baño. A las 3 de la mañana se abre un servicio para guayabos (borrachos) con caldo caliente y algo más de comida con la que bajar la resaca antes de coger el coche de vuelta.\n\nAdemás, creo que solo una o ninguna vez en mi vida había visto tal concentración de tías buenas. Para que nos vamos a engañar. Una locura. Aunque para información del personal femenino que lea esto y tenga intención de ir a Andrés carne de res, según la amiga colombiana que me acompañaba el nivel de tíos buenos tampoco dejaba que desear; sobre todo los meseros. Yo estaba ya bastante ocupado con el tercer ron como para darme cuenta, pero según ella el deporte favorito de las chicas es tocarle el culo a los meseros aprovechando que el local está atestado y ellos van con las manos en alto cargadas de bandejas; ¡las muy lagartas!\n\n\n En fin, la bomba. Ya nunca un filete de ternera me sabrá igual.\n\n(para los que les gusta los datos prácticos, una cena para dos puede costar unos 50 € más bebida)\n\n\n\n\n
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