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  • La vieja Cartagena de Indias está construida en una de las bahías más espectaculares e intrincadas del Caribe. No me extraña que Pedro de Heredia, el conquistador español al que se le atribuye la fundación de la ciudad en 1533, eligiera este sitio por su facilidad de defensa. Pero al viajero que llega por primera vez a Cartagena de Indias le cuesta entender la topografía de este laberinto de penínsulas, radas, senos y ciénagas sobre las que se asienta la ciudad amurallada. Solo ve agua por todas partes y puentes que unen tierras emergidas, que nunca sabes si son islas, penínsulas o tierras ganadas al mar.\n\n Por eso es imprescindible subir hasta el monasterio de la Popa, un convento levantado por misioneros españoles hacia 1607 en un cerro que domina la bahía, para desde aquí comprender la privilegiada posición de la ciudad, protegida por el mar Caribe al norte y por un laberinto de ensenadas al sur y al oeste que hacían fácil la instalación de baterías de costa y muy difícil el asalto por mar. \n\nPero desde el cerro de la Popa se ven muchas cosas más. Se ve al norte la ciudad vieja amurallada, el puerto, el nuevo palacio de congresos y la zona de Manga, con sus ricas mansiones y edificios de apartamentos para clases pudientes; aquí vive el 30% de los habitantes de Cartagena. Si nos giramos 180 grados y miramos hacia el sur se ve en cambio un tapiz interminable de casitas bajas e infravivendas de chapa y tablones de madera en torno a la Ciénaga de la Virgen donde vive (o malvive) el otro 70% de la población, buena parte de ella en una extrema pobreza. \n\nEs la cara y cruz de todas las grandes urbes sudamericanas. La manifiesta desigualdad entre una reducida clase pudiente y una gran masa de pobres que afecta no solo a Colombia sino a toda Latinoamérica. La gran tarea pendiente de un sistema político y económico que en todo el continente no ha sabido o no ha podido crear esa gran capa de clase media que sirva de colchón social y económico para la estabilidad de estos países. Y nosotros los turistas, con demasiada frecuencia, nos dejamos apabullar solo por la fachada monumental de estas ciudades sin rascar un poco en lo que hay detrás.\n\nDe vuelta a Cartagena paro en la fortaleza de San Felipe, una de las construcciones militares más soberbias del Caribe. Cae un sol de justicia y se agradece que los ingenieros que lo levantaron entre 1630 y 1652 lo llenaran de túneles y pasadizos, por los que ahora se circula más fresco que por sus almenas. Luego aprovecho el atardecer para ir hasta el Café del Mar, sobre otro de los baluates que cierran la muralla por el norte. Y al final - lo reconozco - hago lo que hacen todos los turistas. Disfruto de la puesta de sol, disfruto del paisaje, disfruto de una ciudad hermosa a orillas del mar Caribe. Aunque a mi espalda, tras el cerro de la Popa, se abra otro mar, pero éste de barro, chapa y cartones. \n\n\n\n\n\n\n\n\n
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  • 2009-03-03 18:48:28
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