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 Buenos Aires es una ciudad enigmática. Para algunos puede ser una interminable y aburrida sucesión de cemento. Para otros, entre los que me incluyo, es una ciudad vibrante, diferente, rara, culta...¡única! \n\nBuenos Aires no es la típica urbe monumental para recorrer con las manos en los bolsillos viendo fachadas. Para eso está París o Praga. Buenos Aires hay que trabajársela, descender a sus entrañas y convertirse en porteño durante tu estancia. Una ciudad que combina sin ningún recato las fachadas arquitectónicas deslumbrantes y los barrios de marginados; que vive la noche con una intensidad mediterránea, a la que siempre amenaza una crisis pero que siempre se repone de ella y que está llena de librerías, de café literarios, de teatros y de salas de tango. \n\nComo el jet lag siempre me suele dar hambre, lo primero que he hecho nada más llegar es ir a comer a Cabaña Villegas , un famoso asador de Puerto Madero, antiguo barrio portuario reconvertido ahora en zona de paseo llena de restaurantes, hoteles y rascacielos de oficinas. Uno de los pocos barrios donde se puede apreciar que Buenos Aires era una ciudad portuaria.\n\nHabía quedado a comer allí con el escritor Ricardo Coler , un tipo la mar de interesante con varios libros publicados sobre sus experiencias en sociedades matriarcales, poliándricas y poligámicas, traducidos a varios idiomas. Es fundador y director de la revista cultural La mujer de mi vida . Vino también Esther Cross , su compañera, novelista y estudiosa de la obra de Borges y de Bioy Casares. Los dos hicieron de la comida y de la conversación una delicia.\n\nEllos mismos definen su ciudad: "Buenos Aires son muchas ciudades en una. Las agencias de publicidad lo saben y como aquí es barato rodar, vienen a hacer spots publicitarios simulando cualquier parte del mundo. El barrio de las Recoleta lo usan para ambientar París. Puerto Madero sirve como Nueva York o Boston. Si quieren simular Madrid graban en Avenida de Mayo. El barrio de La Boca es calcado a Nápoles. Y hay dos o tres calles cerca de la Biblioteca Nacional que se han usado como si fuera Praga".\n\nYa lo dicen los argentinos: "Dios está en todas partes, pero solo recibe en Buenos Aires"\n \n
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