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  • Cuando hace 50 años el gobierno mexicano decidió transformar Los Cabos de Baja California en un resort turístico de alto nivel, aquí no vivían ni 600 personas dedicadas a la pesca. Como siempre pasa, la modernidad llegó en forma de apisonadora y del pueblito pesquero de Cabo San Lucas solo quedaron fotos en sepia.\n\nPero en San José del Cabo la piqueta no acabó con la historia y se logró conservar buena parte del casco antiguo. Hoy, gracias a una asociación de comerciantes y arquitectos, se ha rehabilitado casi todo el centro histórico, lleno de casitas bajas de estilo colonial, para que el viajero pueda disfrutar de un trocito del México real entre tanto hotel de nueva construcción.\n\nLas calles que rodean el zócalo están llenas de galerías de arte y talleres de artesanos. Los jueves hay un paseo del arte, en el que los locales ofrecen algún detalle especial, cierran más tarde y hay música y buen ambiente. Las fachadas del casco histórico de San José del Cabo se han convertido en un pastel de colores digno de Frida Khalo. Verdes eléctricos, morados imposibles, rojos bermellones, azules que empequeñecen el óceano. Pero no son los colores originales: sus habitantes las dejaban de blanco o en puro cemento, bastante tenían con sobrevivir de la pesca como para pensar en florituras de diseño. La decisión de añadirles color ha provocado diversidad de opiniones; unos piensa que está mejor así y otros que esos colores son impostado o importados de otros lugares de México. Personalmente, me gusta ese cromatismo vibrante del nuevo México, aunque reconozco que se abusa de él en los lugares turísticos.\n\nAunque a mi más que los colores lo que me llama la atención de Los Cabos es que aquí se vive con síndrome de insularidad. Si os fijáis en el mapa de Baja California , los Cabos está situado en el extremo sur de una alargada y estrecha península. Y para salir por tierra al centro del país o a la capital hay que subir 1.300 kilómetros hasta Tijuana o Mexicali…¡y luego bajar! Así que todo, desde mercancías a personas, entra y sale por avión o por los barcos que la unen con Topolobambo, Mazatlán y Guaymas. \n\nUna isla rodeada de mar por todas partes, menos por una. Una enigmática raridad geográfica. Porque todo es posible en Baja.\n\n\n
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  • 2010-04-28 17:44:42
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  • El sorprendente caso del pueblo que era blanco y se volvió de color
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