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  • Bretaña es el mar, me decía mi amiga. El mar, el viento, el graznido de las gaviotas y el olor a salitre. Aunque en realidad, hay mucha más Bretaña de interior, de ganaderos y agricultores, de pueblos de llanura, que de puertos y pescadores. Un oficio en franco retroceso. Pero ya se sabe, un cliché es un cliché y cuesta mucho cambiarlo.\n\nDe camino hacia el oeste paro en Loguivy, una pequeña localidad costera donde los botes duermen la siesta sobre un lecho de limo verdoso en espera de que el mar vuelva de sus correrías diarias. Deambulo por el espigón cuando un hombre mayor tocado con una gorra de marinero se me acerca y me ofrece conversación. Parece un "capitán de altura" sacado de un relato de Jorge Amado ("el capitán Vasco Moscoso de Aragón"). Se llama Roger le Bellec, tiene 69 años y es marino retirado. Le pregunto si aún quedan pescadores en Bretaña y me contesta que en ese pueblo aún hay doce barcos que faenan la langosta, el cangrejo y las coquillas.\n\n- ¿Y es peligroso navegar por estos mares? \n\n- "Que vá", me contesta. "Estos apenas se separan de la costa y vuelven a dormir cada noche a su casa. Peligroso era lo que hacíamos en el 59, cuando trabajaba en un barco de Marsella que pescaba langostino cerca de la Antártida. Aquello si que era duro".\n\nEs lo que me encanta de la gente de la mar. Le dices buenos días y te responden con material suficiente para escribir una novela. Una vida llena de aventuras, como una trama de Jack London . Roger es de palabra fácil (o de tiempo ocioso, estar jubilado es lo que tiene) y no necesita que le de mucho carrete para seguir largando su biografía.\n\n- Pasábamos 10 meses fuera de casa y había solo 8 camas para 20 de la tripulación. Una vez se enganchó un tiburón en la red y al ir a soltarlo se revolvió y casi me arranca el brazo (me enseña la cicatriz para certificarlo; los viejos marinos nunca miente, si acaso exageran un poco: ver Los viejos marineros, de Jorge Amado). No había médico a bordo y el capitán me la desinfectó con amoniaco. Como aquelo pintaba mal decidieron coserme la raja en vivo. El capitán me dio un vaso de cognac. Pero le dije: Capitán, si me tengo que morir, mejor hacerlo en buenas condiciones... y me bebí la botella entera de un trago". Y aquí sigo, vivo.\n\nAsí son los viejos marinos bretones. Duros como los acantilados de esta tierra de vientos y mareas. Y para certificarlo, me enseña una foto de cuando era pescador de altura, con su barba, su cara de pillo, su jersey de lana y su gorra de fieltro... y todo un futuro por delante. \n\n
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  • 2010-04-07 09:28:49
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  • El pescador al que le mordió un tiburón y ganó una botella de cognac
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