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  • La principal razón que me ha traído a Bretaña es recorrer a pie una parte del sendero de los Aduaneros . Y digo una parte porque esta senda por la costa bretona tiene....¡casi 2.000 kilómetros de longitud! Dos mil kilómetros de senda peatonal pegada al mar, bien deslindada, señalizada con carteles metálicos y con una pequeña red de albergues y gîtes d'etape para dormir. ¿Un sueño? No, existe de verdad.\n\nSi lo comparamos con España, donde pese a la ley de Costas, el litoral siguen siendo una cortina continua de cemento, las playas públicas siguen estando plagadas de chiringuitos, chalés ilegales y todo tipo de obstáculos y enlazar a pie una población con otra es, en la mayoría de los casos, una gimkana más compleja que el Camel Trophy pues... te da envidia, para que lo vamos a negar. Bien es cierto que la climatología bretona mete mucha menos presión sobre el litoral, que aquí el verano dura un mes y que los listos del negocio del ladrillo nunca pusieron sus garras sobre estas zonas atlánticas (con jodernos el Mediterráneo han tenido suficiente).\n\nEl sendero tiene su historia. En el siglo XVII, Jean-Baptiste Colbert, ministro de Luis XIV , decidió implantar un sistema de tasas aduaneras para gravar los productos de exportación. Y para que nadie colara de contrabando mercancías (sobre todo desde la pérfida Gran Bretaña), estableció un servicio de vigilancia aduanera a lo largo de toda la costa norte. Estos aduaneros tenían una caseta donde resguardarse y un tramo de costa asignado para vigilar las velas contrabandistas. Esos caminos usados por los agentes de aduana, reparados, unidos y señalizados, son los que ahora se han convertido en el GR 34, el sendero de gran recorrido que surca toda la costa bretona. \n\nEl primer día hice un tramo de unos 20 kilómetros en la Pointe de Chateau, una península entre la isla de Brehat y la localidad de Perros-Guirec. El envoltorio es espectacular: crestas y rocas que emergen por doquier, islotes desperdigados entre el oleaje, gaviotas, una placentera sensación de lejanía, la grandiosidad de los espacios abiertos... Un paisaje muy celta que me recordaba a Escocia, a Irlanda, a Galicia. \n\n\n\nY desperdigadas por los prados, siempre mirando al mar, algunas casitas de ensueño. No por su magnificencia o lujo (aunque los franceses también abusan de los enanitos de jardín -mal gusto hay en todo lados- , al menos no se hacen mansiones con ínfulas de Falcon Crest como algunos por estos pagos). No: eran fabulosas por su ubicación, por su sencillez, por su soledad. Como esta de la foto. ¡Dios mío! Si un día me pierdo.. ¡estoy allí! Me la pido para retirarme a escribir. O a leer. O a lo que sea. \n.\n \n \nMás información del sendero de los Aduaneros en Pòle Randonnnées en Bretagne y en Tourisme de Bretagne \n
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  • 2010-04-08 07:19:52
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  • 2.000 kilómetros de senda por la costa
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