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 No hay vuelos directos desde España a las islas Shetland por lo que he tenido que hacer escala en Edimburgo . Que por cierto, es un lugar fantástico para hacer una escala.\n\nHace una tarde gris y ventosa, preludio de un otoño que por estas tierras altas se barrunta largo y ceniciento. Y Edimburgo bajo esta luz parece más enigmática aún. Hay quien dice que si Robert Louis Stevenson se basó en un personaje real de esta ciudad escocesa (William Brodie, respetable hombre de negocios por el día; despiadado ladrón por la noche) para escribir su Dr. Jekyll and Mr. Hide no fue por casualidad.\n\nEdimburgo es una urbe de muchas caras. Tiene un centro medieval donde aún se sienten las estrecheces de la vida intramuros (Old Town); un ensanche georgiano diseñado un siglo antes de que la moda de las avenidas cuadriculadas y los grandes jardines llegara a otras capitales europeas (New Town). La llaman la Atenas del Norte pero luego tiene suburbios cutres y provincianos. Organiza un festival veraniego de música, teatro y danza de fama internacional, pero al final el que más fama ha adquirido es el “festival alternativo” (el Fringe ). Tiene algunos de los mejores y más modernos museos y edificios de Escocia, pero luego es celosa de algunas tradiciones entrañables. Por ejemplo, el Queen Street Gardens, un gran jardín cuadriculado que ocupa varias manzanas de la New Town , frente al que me alojo, es privado.\n\n-\t“¿Y quién es el dueño”, pregunto.\n-\t“Los propietarios de todas las casas que miran a este jardín”, me dice el dueño del guest house. “Cada uno tenemos una llave y abrimos y cerramos la cancela cada vez que queremos ir a él. El Ayuntamiento nos cobra un impuesto especial para cuidarlo”. \n\nLa misma edificación donde está mi guest house es un museo vivo: fue construida en 1791; dormir entre sus venerables muros es un privilegio para el huésped... y un quebradero de cabeza cuando intentas buscar la conexión wi-fi. Los muros de más de un metro no estaban pensados para esto.\n\nEdimburgo es señorial, única, mágica. Y me gusta más aún con esta luz gris que hace hoy que al pleno sol veraniego. Hay ciudades hechas para la melancolía otoñal. Y ésta es una de ellas.\n \n \n
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