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  • BRASIL 2002

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    Alicante, 23 de Marzo, tarde, MarcoAurelio nos lleva al aeropuerto; comienza nuestro viaje a Brasil. ¡ Es cierto por fin viajamos a Brasil!.\n\n

    Después de 10 horas de vuelo, llegamos al aeropuerto de Sao Paulo, un gran aeropuerto, pero ningún problema, de aquí son tantas las veces que vamos a despegar que llegaremos a conocerlo muy bien. Ahora vamos a Salvador de Bahía, allí nos espera Rosana, que va a ser nuestra guía en esta ciudad. Rosana es joven y muy agradable, su padre es gallego. Nos dice que tenemos la tarde libre, que al día siguiente es cuando tienen programado la visita al casco antiguo con nosotros. Nos recomienda El Yemanjá, para ir a cenar. Nos dejan en el Hotel Othon, que esta situado al borde mismo del Océano, las vistas desde las habitaciones son magníficas.\n\n

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    Esta tarde no sabemos que rumbo tomar, por fin, después de pasear por los alrededores del hotel, y ver los puestos de cocos, de pastelitos etc., decidimos negociar con un taxista para que nos enseñe la ciudad baja, aquí tenemos que reconocer que Paco actúa como sí de un auténtico brasilero se tratara. La negociación nos ha resultado muy provechosa, hemos visitado la iglesia del BomFín, y gran parte de la ciudad. Terminado el recorrido nos tomamos unas cervezas, nos sorprende la forma de servirlas, como sí fuese champagne, en cubiteras con hielo, muy frias. Volvemos caminando al hotel, disfrutando del paisaje marítimo al atardecer.\n\n

    Salimos para ir a cenar al Yemanjá, (nombre de la diosa del mar), el restaurante tiene una decoración totalmente marítima, las camareras son todas mujeres de color, vestidas con el traje de bahíana, están espectaculares, al terminar nuestra rica cena, nos hacemos uno foto con la chica que nos atendió.\n\n

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    2º día en Salvador: aquí la gente madruga muchísimo, a las 6 de la mañana ya esta preparado el desayuno, “pasará mucho tiempo para poder olvidarlo, manjares y vistas”.\n\n

    Nos vamos a la playa, arena dorada, después a la piscina, música brasilera y cerveza fresca. ¿Nos quedamos aquí una semana?, ¡esto es vida!.\n\n

    Por la tarde vienen a recogernos para ver El Pelourinho, iglesia y convento de San Francisco de la 1ª fundación franciscana en Brasil. Aquí la gente es católica, pero la influencia de la religión africana es muy importante, así como de su cultura y gastronomía. Antes de regresar al hotel nos llevan a ver la piedras preciosas de Brasil.\n\n

    (sin comentarios)\n\n

    Nos indica Rosana para cenar : El Studo, un restaurante sencillo, pero con unos platos muy elaborados y unos postres deliciosos, sobretodo el mousse de maracuyá.\n\n

    Al día siguiente nos levantamos a las 5 de la mañana, son muy amables en el hotel, pues a pesar de la hora, nos dicen que podemos pasar a desayunar. La guía se retrasa, se durmió. Camino al aeropuerto disfrutamos de unas vistas maravillosas : playa y palmeras, gente a las 6 de la mañana, que camina, corre, hace deporte, mucha gente para esta hora de la mañana.\n\n

    CONCLUSIÓN\n\n

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    DE FORMA UNANIME, HEMOS MANIFESTADO QUE ESTAMOS ENAMORADOS DE SAVADOR DE BAHÍA, Y QUE DESEAMOS VOLVER A ESA PLAYA DO FORTE, QUE ESTA MAS AL NORTE.\n\n

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    El vuelo a Brasilia es de los cortos, una hora y 30 minutos. Nos recibe Teresa, conductora y guía, ella nos explica como esta organizada esta ciudad, fundada en 1959 por los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer, por encargo del presidente Juselino Kubichesky. Su forma recuerda a un avión, y esta situada sobre una gran meseta, rodeada de una sabana arbolada. Su creación se debió al deseo de los brasileños de ocupar el inmenso espacio interior, escasamente poblado.\n\n

    Visitamos la iglesia de San Juan Bosco, sus magníficas puertas de bronce y esos vidrios azules, que dejan pasar toda la luz del día, hace que sea realmente preciosa.\n\n

    Vemos la catedral, que tiene una forma muy peculiar. Después nos dirigimos a la cabina del avión, donde se encuentran los edificios oficiales que agrupan los tres poderes. La arquitectura de vanguardia de la catedral, el ministerio de Asuntos Exteriores, el palacio presidencial, y las famosas medías naranjas de las cámaras de representantes, hacen de Brasilia una ciudad monumental, con grandes avenidas, pero que al mismo tiempo posee una tierra roja y una floresta riquísima que conforma un contraste inigualable.\n\n

    Es la hora de comer, Teresa nos acompaña hasta el restaurante Spettus, una churrasquería, donde tenemos una gran variedad de entrantes (self service), después los camareros van pasando con las espadas los diferentes tipos de carne : picanya, rosbeef, cordero, pollo, chorizo criollo, etc., a esta forma de servir se le llama rodizio. Creo que a todos nos ha caído muy bien este tal rodizio.\n\n

    Teresa vendrá a recogernos más tarde, mientras tanto hemos pensado que podríamos subir a la torre de comunicaciones, bien, pero había que cruzar aquella enorme avenida, y en esta ciudad no hay semáforos. Debo decir que me vi pequeñita, y a ellos ídem, que no se me enfaden, además éramos los únicos peatones, con lo que aquello de “donde fueres, hacer lo que vieres”, pues, tampoco. Bueno esta claro que lo conseguimos, y desde luego valió la pena, desde la torre se divisa toda la ciudad. Estando arriba, Isabel decide preguntar a un señor, como podemos cruzar la avenida, comprobamos que en este país la gente es muy amable, pero la opción única es aventurarnos otra vez. SHOPPIN CENTER A LA VISTA, ¡ A POR ÉL!.\n\n

    El último recorrido de la ciudad lo hacemos con Teresa en coche, junto al lago están todas las embajadas, la española en el mejor lugar : estamos invitados a tomar café con el embajador, pero nos ha sido imposible, ¡ nuestra agenda está tan apretada ¡, debemos estar en el aeropuerto para coger el vuelo a Manaus. Nos despedimos de Teresa que con su amabilidad nos insiste en que debemos promocionar esta ciudad entre nuestros amigos en España. La espera en el aeropuerto se hace un poco larga, pues el vuelo se retrasa, está lloviendo y es de noche, así es que nuestra paciencia esta a prueba, y nuestro deseo de estar en Manaus, es inconmensurable, no exagero ni una chispita.\n\n

    Ahora se hace necesario hablar de ese gran río que es el AMAZONAS, cuyo origen allá en las crestas nevadas de los Andes y no muy lejos de Cuzco, hacen que el nacimiento de este río, que cruza la cintura de Suramérica de oeste a este a lo largo de más o menos 6.500 kms., se deba a la rebeldía de un manantial que no se dejar caer hacía Occidente buscando el océano Pacífico, sino que escapa hacía Oriente, engordando su caudal y atravesando selvas todavía impenetradas por el hombre alcanza las orillas occidentales del océano Atlántico. La laguna de donde brota ese rebelde manantial se llama McIntyre, en recuerdo del primer montañero norteamericano que señaló el lugar, desde ahí sin cesar de aumentar su tamaño el río va adoptando numerosos nombres, como Apurimac, en la parte andina, donde los aimaras y los quechuas, padres de la civilización de los incas se reparten los territorios que rodean su curso. Es ahí donde el río muestra su parte más feroz, lanzándose desde las alturas andinas hasta el lecho mullido de las junglas. Pero después cuando pasa a llamarse por otros nombres y a pesar de lo que su gigantismo pudieran hacer creer, el Amazonas es en la mayor parte de su recorrido, un río calmado con condiciones seguras de navegabilidad. Numerosas etnias y lenguas amazónicas han desaparecido en los últimos 450 años. Los supervivientes indígenas han huido hacía el interior, y hoy las poblaciones que habitan las orillas del río están formadas por colonos mestizos, a lo que en Brasil llaman caboclos.\n\n

    Alojada en un recodo del río Negro, poco antes de su desembocadura en el Amazonas, Manaus es la ciudad más famosa y legendaria de la región. Todavía están en pie muchos edificios suntuosos de los que construyeron los multimillonarios empresarios del caucho, y entre ellos el Teatro de la Ópera, de 1896.\n\n

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    Por fin estamos aquí, nos esta esperando una chica, cuyo nombre no recuerdo, nos comenta cosas sobre esta ciudad, su climatología y su desarrollo, mientras atravesamos la misma, pues el Hotel Tropical está situado al final de un gran paseo; en la parte derecha del mismo podemos ver unos edificios de viviendas modernas, al otro lado EL AMAZONAS, como sí de un mar se tratase. El hotel es moderno, con influencia colonial, desde el hall podemos contemplar un pequeño jardín interior, donde hay una especie de aves palmípedas que parecían estar disecadas, a no ser porque se movían de tanto en tanto.\n\n

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    Amanecimos rodeados por tal cantidad de follaje, que nos dimos cuenta que aquello era la selva. Cuando bajamos a desayunar no quedaban maracuyas, nuestro amigo Gabriel, se los había zampado todos.\n\n

    Nuestro nuevo guía es Jaime que nos lleva a conocer Manaus, esta ciudad esta llena de contrastes, de pronto puedes ver las favelas construidas sobre troncos, para protegerse de las riadas, insostenibles y frágiles, y muy cerca los restos de un pasado glorioso : casas señoriales de arquitectura colonial, que ahora tienen alguna utilización oficial, (magnífica la del consulado alemán ). Nos llevan a visitar la exposición indígena, realmente representa toda una forma de vida, pero sorprende como en un entorno tan hostil y salvaje, el hombre haya podido crear con sus propias manos estos cuencos, vasijas, hamacas y toda clase de utensilios, que este museo ha recogido y dispuesto de tal modo que podría parecerse a cualquier museo de ciudad europea. Seguidamente nos encontramos ante el majestuoso Teatro de la Opera, herencia de un pasado, donde Manaus debido al gran desarrollo de la recolección del caucho en el año 1850, tuvo su máximo apogeo. Jaime nos anuncia que en ese momento hay ensayo, que podemos pasar y escuchar a estos jóvenes músicos, venidos de diferentes partes del mundo, y que con su música hacen que este teatro recupere toda su esencia; ¡y como no!, nosotros estamos tocando el cielo, contemplando su magnífico interior y escuchando a la vez, como únicos asistentes esta maravillosa música.\n\n

    Seguidamente visitamos el mercado, donde podemos apreciar la vitalidad y el bullicio de sus gentes, al mismo tiempo aprendemos sobre su alimentación, y nos resulta muy interesante ver todos esos puestos con todo tipo de alimentos : frutas, tapioca, especias .....y el milagroso guaraná, que compramos por su valor energético y del cual luego darían buena cuenta de ello Ignacio y Jusara. Bueno no voy a olvidarme de la pescadería, no había un solo pescado que conociéramos, y aún cuando ya nos los habían presentado, hubo que tomar nota, porque de no haber sido así, no podríamos recordarlos : pirarucú, tambaquí, etc., etc., Jaime nos acompaña a un restaurante (suponemos que previamente acordado por él) , y después se despide; nosotros no quedamos convencidos en comer en ese sitio y decidimos coger un taxi e irnos a otra zona más moderna de la ciudad, en un Shoping Center, comimos “A PESO”, y quedamos realmente satisfechos.\n\n

    De vuelta al hotel, disfrutamos de un baño en su piscina y descasamos un rato, pues teníamos que coger fuerzas para nuestra salida nocturna.\n\n

    Como sí de una playa se tratara los chiringuitos estaban ahí, en esa gran avenida y a las orillas del río, dispuestos a ofrecernos lo mejor de su tierra, y fue una grata sorpresa para nosotros comprobar la exquisitez de sus platos y la simpatía de su gente, al menos en el que nosotros elegímos “ El Laranjinha”.\n\n

    Al día siguiente nuestra excursión consistía en navegar por el Amazonas hasta llegar a la unión de las aguas, lasdel Amazonas (más arriba llamado Solimôes) cargado de arcilla, y el Negro, rico en materias húmicas, y como consecuencia sus aguas son realmente negras. El guía “, un señor ya entrado en años, habla varios idiomas y con bastante fluidez, nos cuenta la importancia del puerto de Manaus, al mismo tiempo que contemplamos las pequeñas barcas cargadas de plátanos, vamos bordeando y divisando la ciudad hasta llegar a la confluencia de los dos ríos, algo sorprendente y espectacular. A continuación nos distribuyen a todos los pasajeros en pequeñas barcas para adentrarnos en la selva, así podemos observar las diferentes clases de pájaros, nos damos cuenta que estamos navegando por encima de la copa de los árboles, es algo que nos llama la atención, podemos contemplar los nenúfares y asustarnos con los yacarés y serpientes que los pequeños de la zona nos acercan. \n\n

    Comemos en un restaurante flotante, la comida típicamente brasileña, feijoada, arroz, pescados, una verdura que se llama “ “, riquísima, muy fina y parecida a las espinacas pero más tersa, los plátanos ó bananas pequeñitos, todo estaba muy bueno.\n\n

    La vuelta se complica debido a una gran tormenta de lluvia y viento, pero pasa rápido y como resultado nos queda una tarde magnífica para retomar nuestras maletas y viajar con Javier, nuestro nuevo guía hacía “los lodges”.\n\n

    Venimos cargados de emociones de la excursión finalizada y experimentamos una nueva sensación de paz y belleza en este atardecer, navegando por el río negro hasta llegar al Igarapé, donde esta situado nuestro punto de partida para nuestra aventura amazónica.\n\n

    Llegamos a Ecopark, desembarcamos en una pequeña playa de arena clara y ascendemos hasta el restaurante, abierto en sus laterales de donde cuelgan los chinchorros ó hamacas, después un pequeño lobby y caminito entre la selva están situados nuestros lodges, sencillos pero pintorescos y donde esa noche pudimos escuchar una variada sinfonía, muy propia de la selva, lo inquietante era no saber la identidad de los músicos. \n\n

    El amanecer nos sorprende con toda su luz, para disfrutar del lugar, desayunar opíparamente y empezar nuestra aventura. Nos adentramos en la selva, protegidos por nuestros guías con machete en mano, pero conoceremos las termitas, las hormigas gigantes, tocaremos la leche del árbol con sabor a magnesio, sabremos como producían el caucho, y además nos colgamos de las lianas, estilo Tarzán, demostrando nuestra capacidad de adaptación al medio.\n\n

    Comemos en el restaurante, descansamos en sus chinchorros, y por la tarde vamos en canoa a visitar un poblado, donde su gente, llamados coboclos, vive en cabañas de madera construidas sobre palafitos, que los protegen de la subida del río, nos muestran como elaboran la tapioca, a partir de la raíz del mismo nombre, y que es la base de su alimentación, pero lo más importante fue relacionarnos con ellos, sobretodo con los chiquillos, que se mostraron al principio un poco tímidos y a la vez curiosos.\n\n

    Esa misma tarde, Javier nos lleva a un bar flotante con la intención de iniciarnos en la pesca, bueno más bien estaba haciendo tiempo para que anocheciera .......(pescar, no pescamos nada, pero el atardecer contemplado desde allí fue una delicia) ...... y lanzarnos a la búsqueda del yacaré, la oscuridad era total, con solo una linterna nos adentramos en las zonas más ocultas del río, y encontramos una cría de yacaré, que parecía estar muy asustada, casi tan asustada como parecía estarlo Isabel.\n\n

    Esa noche después de la cena, nos tomamos una caipirinha, y hacemos un brindis por esos amigos nuestros que se han quedado en España y que debería estar aquí : ¡Carlos, Cristina, POR VOSOTROS ¡.\n\n

    Al día siguiente disfrutamos de una piscina natural, con sus aguas color de cola, fueron momentos de risas y también de relax . A continuación, habíamos quedado con Javier para visitar a una mujer indígena, bastante sabia en el manejo de la agricultura, se llamaba , y nos dio unas lecciones muy interesantes sobre el cultivo de diversos frutales, cereales y legumbres. De ahí nos llevó a ver los monos, muchos monos, de todos tipos y tamaños, allí se concentran para la comida, comiendo primero el jefe de la manada, y así según su tamaño, los últimos los más pequeños. Era un verdadero espectáculo, se lanzaban con gran destreza de unas ramas a otras, en aquellos gigantescos árboles. Con los monos grandes no nos atrevimos a relacionarnos, y no porque tuviéramos miedo, Nooo¡..... pero había uno pequeño y juguetón con el que entablamos conversación, y se agarraba a la mano de Paco todo el rato.\n\n

    Volvemos a Ecopark, pues se acaba nuestra aventura en la selva.\n\n

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    Todos pensábamos que habíamos pasado la zona más peligrosa y arriesgada, pero cuando llegamos a Sau Paulo, nos dimos cuenta que habíamos cambiado de selva, nuestro guía, junto con el chofer nos advierten de los peligros de esta ciudad, por otro lado preciosa y gigantesca. Era sorprendente comprobar como nos protegían, como si fuéramos políticos ó personajes famosos. Nos esperaron mientras nos alojábamos en el hotel, para después acompañarnos a cenar, esperarnos y dejarnos de nuevo en el hotel, recomendándonos llamarlo a su movil, en caso de querer salir.\n\n

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    SAO PAULO, es la ciudad más grande de Brasil, pero en sus inicios se desarrolló muy lentamente, fue en los comienzos del siglo XX cuando tuvo un espectacular crecimiento, fueron los años del café, y el flujo de inmigrantes europeos y japoneses fueron factores decisivos del incremento demográfico y del desarrollo industrial de la ciudad. En Sao Paulo se encuentra actualmente la gran mayoría de las sedes de las grandes empresas nacionales y multinacionales del país.\n\n

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    Paco siempre me había hablado de las muchas y buenas pizzerías que recordaba de su infancia en Brasil. Esa noche de nuestra llegada a Sau Paulo, pudimos confirmarlo, estuvimos en una pizzería que se llamaba Pizzería RASCAL “, era grande, estaba decorada con mucho gusto, tenía muy buen ambiente, y para colmo todo tenía un aspecto fabuloso, así que disfrutamos de nuestra cena, pero estábamos un poco preocupados ya que ellos (nuestros guardianes), nos estaban esperando para llevarnos de vuelta al hotel. El hotel Mélia esta situado cerca del centro, pero en calle tranquila, y recuerdo que no le faltaba un detalle, por lo que me atrevo a decir que todos tenemos un buen recuerdo de nuestra estancia en el. \n\n

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    Nuestro segundo día, ó más bien nuestro primer día desde por la mañana en Sau Paulo, nos vienen a buscara primer ahora paral levarnos a conocer esta gran urbe, pero a petición nuestra, y abusando de la generosidad de Gabriel e Isabel, le pedimos a nuestro guía que nos ayude a encontrar las casas donde Paco vivió en su infancia.\n\n

    El gran desarrollo urbano de esta ciudad ha hecho que el aeropuerto de Congonhas, originariamente construido en una zona despoblada, se encuentre actualmente cercado por las formas verticales de la ciudad. Esto explica el resultado de nuestra aventura cuando comenzamos a buscar Dos Martirios, encontramos la calle, no la casa, recorrimos todo el barrio, todo había cambiado mucho, bajábamos del coche , Paco preguntaba a la gente, el guía no paraba de preguntar, se notaba que querían ayudarnos. En segundo lugar fue la de PiauÍ, con esta tuvimos más suerte, estaba igual, hicimos la foto correspondiente.\n\n

    Comenzamos la visita oficial de la ciudad : “EL PARQUE DO IBIRAPUERA”, se trata de un parque inmenso y precioso como la ciudad a la que pertenece, con grandes estanques y aves acuáticas, dentro de este parque se encuentra el planetarium. Había mucha gente, unos tomando el sol echados en la hierba, otros paseando, ó presenciando actuaciones de cómicos callejeros. A partir de ahí nuestro “guardaespaldas” nos cuida de tal modo, que apenas nos deja bajar del coche, solo a Paco le permite bajar para la correspondiente foto. Pasamos por una gran avenida, “la avenida Paulista”, a un lado vemos un gran mercado de artesanía y el guía nos dice los muchos pintores que muestran allí sus obras, así como los valores artísticos de muchos de ellos, pero nosotros lo que queremos es bajar y palpar el ambiente, y nada, nos esta terminantemente prohibido. (MariCarmen 2002)\n\n\n

    SIGUE..\n\n

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