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Me gusta mi ciudad cuando se viste de domingo. Cuando paseas por sus calles señoriales y centenarias. Cuando recuerdas las historias de la realeza o andas junto a los Palacios y por sus playas. De eso precisamente me he acordado hoy. De sus playas, que son las mías y las de todos los santanderinos. Me he acordado de la historia de dos playas concretamente. \n \nLa de los Bikinis, situada en la península de La Magdalena, reune en el verano a un grupo de "estudiantes" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Precisamente de ahí toma su nombre. Cuenta que fue bautizada como la de los Bikinis por ser la primera playa en la que las extranjeras que se matriculaban en los cursos de verano lucían más carne de la permitida.\n \nLa segunda es la Playa del Camello, junta a la avenida Reina Victoria, porque tiene una roca que aparece y desaparece según la marea va y viene. ¿No os he dicho qué forma tiene la roca? Bueno, lo habréis supuesto por el nombre. Exacto, de un camello.\n \nPero no sólo por eso me gusta mi ciudad. Santander se engalana todos los días. Por lo menos, esos en los que la ciudad no se vuelve gris con la lluvia. Y todo los días te sorprende con algún detalle nuevo, aunque llueva. \n\n
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