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En las últimas semanas han vuelto dos hombres a mi vida. Un cantante y un periodista. Ismael Serrano y Arturo Pérez-Reverte. Y mientras uno tira de mí y me hace volver ALLÍ o me hace recordar AHORA esos viajes que me trajeron en otros cuerpos; el otro me hace volver a 1993, año en el que empezaba a devorar los artículos de un periodista de guerra mal hablado.\n\n\n\nY ahí me tienes. Con mis matutinos compañeros de viaje, vagón, asiento y legañas. Mientras algunos dormitan, otros hablan, yo leo. Y vuelvo a 1993. Cuando devoraba a Pérez-Reverte. Cuando los domingos eran breves los encuentros con él. Y mientras leo el libro que me acabo de comprar, parece que tengo 15 años menos y estoy leyendo la revista dominical.\n\n<<Pero jamás, hasta Sarajevo, pude imaginar qué impotencia, qué desolación puede sentir un ser un humano ante el espectáculo de la destrucción de la memoria de su raza. Destrucción siempre absurda, infame. Irracional (...) Aquella tarde, en Sarajevo, los cañones no apuntaban a la carne humana sino a la materia que conforma su alma y su inteligencia (...) Manual de instrucciones de uso: primero (...) cañonéense los tejados de las bibliotecas. (...) Después, mientras el fuego prende en los cientos de miles de libros (...) dispárese con morteros y francotiradores contra los equipos de rescate. Después déjese quemar en su propio fuego hasta que todo arda. Como ven, está tirado de puro fácil. Al alcance de cualquier hijo de puta>>\n\n\n\nViajar al pasado, sueños premonitorios. Mala combinación.\n\n
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