LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_POLICHINELA-FRANCESA_2010_2_24_MOOREA

Hola\n\n

por aquí seguimos, en Moorea. Yo me estoy enamorando de esta isla, menos mal que Iris no que si no, no sé para cuándo volveríamos. Este pedazo de tierra con árboles en medio del Pacífico va sobre paz, va sobre otra forma de entender la vida. Aquí se sientan y contemplan el mar. Aquí hablan unos con otros (nos ha saludado más gente en tres días que en nuestro edificio en tres meses). Aquí los vecinos te ayudan a construir tu casa. Aquí, de algún modo, tienen respeto por todo lo que les rodea.\n\n

Pero incluso al paraíso hay que hacerse. Nunca imaginé gallos en el paraíso, y esto está lleno; las playas tienen gallos, perros; las casas lagartos, arañas, mosquitos; cuando dice de llover llueve sin parar; los precios de este sitio son insultantes, el transporte imposible; pero yo, me estoy enamorando de esta isla.\n\n

Es una isla salvaje, con la misma silueta de una manta-raya, con una sola carretera que la rodea por todo su perímetro, en total, unos 67 km. A cada lado de la carretera, entre bosques de palmeras, con cierta frecuencia vas encontrando casas bajitas con techos de palmas, algunos son restaurantes, otros son hoteles, algún supermercado y pocas tiendas. En el interior de la isla hay distintas plantaciones y las montañas que dominan el paisaje, en las que intuimos, que hace mucho, los nativos adorarían a sus dioses.\n\n

Nosotros nos dedicamos a ir a la playa por las mañanas, ver los corales, salir con el kayak, recorrer la isla como podemos, y hoy, esta mañana, visitar Tahití, que al lado de Moorea, es una urbe estresante y ruidosa.\n\n

Mañana os contamos lo del kayak y los corales, y por qué extraño motivo no hemos acabado en la prisión del Océano Pacífico.\n\n

Besos.\n\n