LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_POLICHINELA-FRANCESA_2010_2_25_EL-KAYAK-Y-CORAL

Sabéis que esto es idílico. Estamos subiendo algunas fotos que dicen más que nuestras palabras. Las playas son de escasa arena, que más que arena son diminutas piedrecitas blancas. Tienen cocoteros inclinados hacia el mar, y dándole color, el lagoon. El lagoon es la zona del mar más próxima a la arena, que se distingue por el color turquesa de sus aguas, frente al azul oscuro del océano. En el lagoon de nuestra playa habita todo tipo de especies. Hay, que nosotros hayamos visto, peces de todos los colores y tamaños, erizos, tres mantas-rayas que pasean a sus anchas por toda la orilla, (que, por cierto, son bichos impresionantes, a ver si podemos hacerles una foto). También hay algún pez tipo escualo que nos tiene cagaditos (más concretamente a mí, para ser sincero). Lo que da de comer a todos estos bichos es el coral. El lagoon está lleno de corales, que son como estaciones de servicio para los peces, donde comen y reposan constantemente. Es precioso ver todo este mundo submarino en directo. El coral está protegido allá donde vas, es uno de los tesoros del mar.\n\n

Hace dos días Iris y yo decidimos dar una vuelta en kayak por el lagoon. Nos lo presta la mujer a la que le alquilamos el bungalow. Es una embarcación para una persona de tamaño medio tirando a bajito.\n\n\n

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- ¿Y qué hacemos? - Le pregunto a Iris. - ¿Se va uno y el otro le espera?\n\n\n

- Pfff. - dice ella. - ¿Qué aburrimiento, no? Vamos mejor los dos. Con cuidadito, y ya está.\n\n

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Pues eso, allá que nos subimos los dos chiquitines encima del kayak, que empieza a resoplar en forma de burbujas de agua mientras se hunde poco a poco. Por fin, con la mitad de la canoa bajo el agua, nos conseguimos acomodar con todo el chiringuito encima de la barca: gafas de buceo, tubos, camisetas, cámara de fotos. Si uno de los dos hubiera estornudado, habríamos volcado seguro. A remar se ha dicho. Toma el mando Iris que iba delante. Comienza a remar poco a poco. Oooh, nuestro asombro era enorme ante tanta belleza.\n\n

\n- ¡Mierda! ¿Qué ha sido eso? - La canoa se tambalea.\n\n

- Nada, mi pie.\n\n\n

- Joder, casi volcamos.\n\n

- Es que me picaba. Perdona.\n\n\n

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Bueno, seguimos. Nos adentramos en el lagoon. Intentamos no salirnos de una línea imaginaria delimitada por unos postes, para no sucumbir a las corrientes del océano. Algunos corales están en el fondo, y se pueden pasar por encima, y otros casi salen a la superficie y hay que esquivarlos. De repente comienza a soplar el viento, pero hemos llegado a una zona clara y yo me quiero bañar. Con mucho cuidado consigo sacar una pierna por un costado y sentarme de lado para bajar al agua. La barca se menea que da gusto. Un kayak para uno es para uno, amigos, y yo peso más de 80 kg. De repente el viento comienza a soplar de lo lindo, nos movemos sin pretenderlo. La barca se mueve hacia atrás mientras Iris rema como una loca y yo, de lado, con las gafas, las camisetas y la cámara colgando de mí, como si fuera un perchero, intento volver a colocarme en mi sitio. El viento cada vez es mayor y nos arrastra contra un coral enorme de esos que sobresalen. ¡Pum! Primer golpe contra el coral. Lagrimones de pena. Iris sigue remando. Yo intentando sentarme bien, cada vez que respiro se balancea la barca. El viento soplando. ¡Pumba! El segundo coral. Lagrimones más grandes todavía. Desastre ecológico. Y a por el tercero. En éste nos quedamos encallados.\n\n

\n- ¡Joder qué asco! ¡He tocado algo con el pie.\n\n- He sido yo otra vez, es que me vuelve a picar.\n\n

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¿Que cómo se sale de una situación así? Pues clavando el remo en el coral y haciendo palanca. Venga a salir trozos de coral a la superficie. Disimular en el Pacífico no es tarea fácil. No es cuestión de silbar mientras salen dos personas montadas en un kayak de una plaza y una ristra de corales van subiendo a la superficie tras de ti. Porque se nota. Pero así lo hicimos.\n\n

Todavía tememos que aparezcan los gendarmes por el bungalow a leernos nuestros derechos. Pero estamos teniendo suerte, no estamos en la prisión del océano, por ahora...\n\n

Besos.\n\n