Snooper me preguntaba en un comentario a mi último post “Paseo por Madrid”… ¿Cuándo os toca el norte? Su pregunta me recordó nuestra estancia en Bilbo y Donostia de hace unos años… bastantes más de los que yo pensaba.\n\nCuando busqué las fotos en el ordenador, me di cuenta que iba mal, que las fotos de esta salida eran de otra era, una época anterior a la digital, y que si quería imágenes tendría que echar mano del escáner. La fecha del dorso de algunas de las fotos era febrero del 2001, casi, casi, ocho añitos, y aunque la calidad de las imágenes deja bastante que desear, me he decidido a dedicarle este post.\n\nSalimos de Menorca en vuelo Maó-Madrid-Bilbo, íbamos seis amigos, tres parejas. En Bilbo pensábamos pasar nuestra primera noche en Euskadi. \n\nHabíamos quedado para cenar con un “amigo” muy especial, entrecomillo lo de amigo porque yo no lo conocía y Xarbet hacía unos treinta años que no le veía. Jesús, Pelillos para sus amigos, fue su compañero de mili, con él compartió alegrías y tristezas, calor, muchísimo calor, y algunas duras experiencias. \n\nFue en el Sahara, marcha verde, 1975. Cuando se acababa la dictadura, Franco por fin agonizaba y España escribía una de las páginas más vergonzosas de su historia. \n\nFue un encuentro entrañable, estuvimos compartiendo manteles para cenar, y repetimos en la comida del día siguiente, después de pasar la mañana viendo la ciudad. \n\nEn la jornada siguiente seguimos nuestro camino hacia Donostia. Habíamos alquilado un monovolumen de seis plazas, que fue mucho más divertido que tener que repartirnos en dos autos y nos permitió turnarnos al volante. Bueno en honor a la verdad he de reconocer que yo nunca conduzco fuera de Menorca, poco acostumbrada a vías rápidas seria un peligro público al volante. \n\nEn San Sebastián o la Bella Easo, habíamos reservado habitación en un hotel cercano a la playa de la Concha, dónde pensábamos establecer el campamento base, para irnos de excursión por los alrededores.\n\nFueron solo cinco días, pero bastaron para conocer algunos preciosos rincones de esta región y del país vasco-francés, y para deleitarnos con algunos mariscos y carnes, sin olvidar la tortilla de bacalao, una especialidad que no había probado hasta el momento.\n\nAquí os dejo algunas imágenes del viaje, no estoy segura de haberlas identificado todas correctamente, pues no siempre tengo la paciencia de rotular los álbumes de fotos.\n\nLa última fotografía del reportaje merece una mención especial. Se trata de una sidrería muy auténtica, a la que fuimos invitados por mediación de unos amigos comunes. \n\nNada que ver con los pijos locales del centro de la ciudad, la sidrería en cuestión estaba perdida en el campo, en un caserío en las afueras.\n\nLa gente fue muy acogedora, pero el ambiente un tanto especial…\n\n
BILBO.- PUENTE DE ZUBIZURI O CALATRAVA\n\n\nBILBO.- MUSEO GUGGENHEIN\n\n\nBILBO.- COMIDA FRATERNAL CON “PELILLOS”\n\n\nDONOSTIA.- PLAYA DE LA CONCHA\n\n\nHENDAIA.- FRANCIA\n\n\n\nBIARRITZ.-FRANCIA\n\n\nMARISQUERÍA.- FRANCIA (ni idea del nombre del restaurante)\n\n\nHONDARRIBIA.- PLAZA GIPUZKOA\n\n\nSIDRERÍA\n\n\n
Y como acompañamiento he elegido estas dos canciones Maitia nun Zira de Kepa Junquera, y Biscaia Maite de Benito Lertxundi. Y he escogido estas porque me han gustado, sin haberlas escuchado con anterioridad, pues reconozco que en música en euskera, soy una ignorante rematada. Espero haber acertado.\n\n\n \n\n\n \n\n\n\n
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