LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_RAUXA_2008_7_16_LES-ANDROMINES-DEN-XARBET-I-

Todavía no me he repuesto de la impresión, os aseguro que cada vez que abro la puerta del baño miro de reojo. Realmente temo encontrarme el dichoso confesionario con su cortinita y sus reclinatorios laterales, cobijando en su interior un inodoro forrado de terciopelo púrpura. Y es que, sinceramente, si tuviera que “obrar” en un artilugio semejante acabaría padeciendo estreñimiento crónico irreversible. \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Los confesionarios siempre me han parecido instrumentos de represión y adocenamiento, y no recuerdo cuando pise uno por última vez, por cierto nunca estuve en su interior, a los pobres penitentes se nos reservaba el reclinatorio lateral. \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Pero volviendo al post de Xarbet (http://lacomunidad.elpais.com/f-menorca/2008/7/14/el-confesionario-2), el caso es que conforme iba leyendo la historia de Luis, el protagonista, y sus penalidades a la hora de colocar el pesado artilugio, iba recordando otros artilugios que han amanecido en casa de la mano del autor de la narración. \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

No se si tendrá algo que ver el famoso Diógenes, pero el caso es que yo que soy una persona poco amante de los cambios y que no se preocupa mucho por la decoración, he tenido que acostumbrarme a los traslados de muebles y a las colecciones de artículos varios, algunos de un tamaño considerable pero hasta fecha y por fortuna, nunca del calibre del dichoso confesionario. \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Todas y cada una de las veces que ha llegado a casa algún cachivache, antigüedad, accesorio, o como le queráis llamar, mi pregunta ha sido la siguiente: -¿ Y esto donde lo vas a poner ? Pregunta capciosa e interesada, pensando para mi coleto – ¡lo mismo no lo ve claro y se lo vuelve a llevar! \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Pero siempre acabamos consensuando una ubicación y yo reconociendo, a mi pesar, que tampoco queda tan mal el nuevo cacharro y dándole la razón cuando dice aquello de- ¡ves como yo tengo más imaginación que tu a la hora de ver las posibilidades que tienen las cosas! \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Y así, pasito a pasito, va creciendo la colección y a mi se me ha ocurrido publicar las fotos de los objetos en varias entregas que iré titulando: Les Andròmines d'En Xarbet. \n\n\n \n\n\n\n\n\n\n\n

Espero que os gusten\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

TABLA DE LAVAR\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

Ilustro en su día un post de Xarbet titulado así "la tabla de lavar", que sirvió de homenaje a las amas de casa de la época de nuestras abuelas.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

MÁQUINA DE ESCRIBIR\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

Esta hispano olivetti tan bien conservada perteneció al tio Emilio, primo de mi suegra. \n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

\n\nCALENTADOR DE CAMA\n\nUna de las últimas incorporaciones, regalo de un buen amigo\n\n\n\nMORTERO\n\nAntiguo mortero esculpido en piedra de marés, lo compré yo en unas cuadras muy partículares reconvertidas por su dueño en almacén de cachivaches varios.\n\n\n\nPD: “Andròmines” es una palabra catalana que podría traducirse al castellano como enseres o cachivaches, y que parece ser que procede etimológicamente del nombre mitológico Andrómeda.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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