He querido dedicar esta segunda entrada de “Poemas musicalizados” a este gran poeta porque el pasado sábado fue el aniversario de su muerte.\n\n
MIGUEL HERNÁNDEZ\n\n\n
Nacido en Orihuela, el 30 octubre 1910 y fallecido Alicante, el 28 de marzo 1942, es uno de los poetas españoles más relevantes del siglo XX. \n\nVIDA Y OBRA_WIKIPEDIA\n\n
ELEGÍA.-JOAN MANUEL SERRAT
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\n\n\nEn Orihuela, su pueblo y el mio, se me ha\nmuerto como del rayo Ramón Sijé, a quien\ntanto queria.\n\nYo quiero ser llorando el hortelano\nde la tierra que ocupas y estercolas,\ncompanero del alma, tan temprano.\n\nAlimentando lluvias, caracolas\ny órganos mi dolor sin instrumento,\na las desalentadas amapolas\n\ndaré tu corazón por alimento.\nTanto dolor se agrupa en mi costado,\nque por doler me duele hasta el aliento.\n\nUn manotazo duro, un golpe helado,\nun hachazo invisible y homicida,\nun empujón brutal te ha derribado.\n\nNo hay extensión más grande que mi herida,\nlloro mi desventura y sus conjuntos\ny siento más tu muerte que mi vida.\n\nAndo sobre rastrojos de difuntos,\ny sin calor de nadie y sin consuelo\nvoy de mi corazón a mis asuntos.\n\nTemprano levantó la muerte el vuelo,\ntemprano madrugó la madrugada,\ntemprano estás rodando por el suelo.\n\nNo perdono a la muerte enamorada,\nno perdono a la vida desatenta,\nno perdono a la tierra ni a la nada. \nEn mis manos levanto una tormenta\nde piedras, rayos y hachas estridentes\nsedienta de catástrofe y hambrienta.\n\nQuiero escarbar la tierra con los dientes,\nquiero apartar la tierra parte a parte\na dentelladas secas y calientes.\n\nQuiero minar la tierra hasta encontrarte\ny besarte la noble calavera\ny desamordazarte y regresarte.\n\nVolverás a mi huerto y a mi higuera:\npor los altos andamios de ías flores\npajareará tu alma colmenera\n\nde angelicales ceras y labores.\nVolverás al arrullo de las rejas\nde los enamorados labradores.\n\nAlegrarás la sombra de mis cejas,\ny tu sangre se irá a cada lado\ndisputando tu novia y las abejas.\n\nTu corazón, ya terciopelo ajado,\nllama a un campo de almendras espumosas\nmi avariciosa voz de enamorado.\n\nA las aladas almas de las rosas\nde almendro de nata te requiero,\nque tenernos que hablar de muchas cosas,\ncomparlero del alma, compañero.\n\nLLEGO CON TRES HERIDAS.- JOAN BAEZ\n\n\n\nLlegó con tres heridas\nla del amor,\nla de la muerte,\nla de la vida. \n\nCon tres heridas viene\nla de la vida,\nla del amor,\nla de la muerte.\n\nCon tres heridas yo\nla de la vida,\nla de la muerte,\nla del amor. \n\nEL NIÑO YUNTERO.-VICTOR JARA\n\n\n\nCarne de yugo, ha nacido\nmás humillado que bello,\ncon el cuello perseguido\npor el yugo para el cuello.\n\nNace, como la herramientas,\na los golpes destinado,\nde una tierra descontenta\ny un insatisfecho arado.\n\nEntre estiércol puro y vivo\nde vacas, trae a la vida\nun alma color de olivo\nvieja ya y encallecida.\n\nEmpieza a vivir, y empieza\na morir de punta a punta\nlevantando la corteza\nde su madre con la yunta.\n\nEmpieza a sentir, y siente\nla vida como una guerra,\ny a dar fatigosamente\nen los huesos de la tierra. \n\nContar sus años no sabe,\ny ya sabe que el sudor\nes una corona grave\nde sal para el labrador.\n\nTrabaja, y mientras trabaja\nmasculinamente serio,\nse unge de lluvia y se alhaja\nde carne de cementerio.\n\nA fuerza de golpes, fuerte,\ny a fuerza de sol, bruñido,\ncon una ambición de muerte\ndespedaza un pan reñido.\n\nCada nuevo día es\nmás raíz, menos criatura,\nque escucha bajo sus pies\nla voz de la sepurtura.\n\nY como raíz se hunde\nen la tierra lentamente\npara que la tierra inunde\nde paz y panes su frente. \n\nMe duele este niño hambriento\ncomo una grandiosa espina,\ny su vivir ceniciento\nresuelve mi alma de encina.\n\nLe veo arar los rastrojos,\ny devorar un mendrugo,\nu declarar con los ojos\nque por qué es carne de yugo.\n\nMe da su arado en el pecho,\ny su vida en la garganta,\ny sufro viendo el barbecho\ntan grande bajo su planta.\n\n¿Quién salvará a este chiquillo\nmenor que un grano de avena?\n¿De dónde saldrá el martillo\nverdugo de esta cadena?\n\nQue salga del corazón\nde los hombres jornaleros,\nque antes de ser hombres son\ny han sido niños yunteros\n\nANDALUCES DE JAÉN.-PACO IBÁÑEZ\n\n\n\nAndaluces de Jaen,\naceituneros altivos,\ndecidme en el alma:\nQuien, quien levanto los olivos?\nNo los levanto la nada,\nni el dinero, ni el señor,\nsino la tierra callada,\nel trabajo y el sudor.\n\nUnidos al agua pura\ny a los planetas unidos,\nlos tres dieron la hermosura\nde los troncos retorcidos.\nLevantate, olivo cano,\ndijeron al pie del viento.\nY el olivo alzo una mano\npoderosa de cimiento.\n\nAndaluces de Jaen, aceituneros\naltivos, decidme en el alma:\nQuien, amamanto los olivos?\nVuestra sangre, vuestra vida,\nno la del explotador\nque se enriquecio en la herida\ngenerosa del sudor.\nNo la del terrateniente\nque os sepulto en la pobreza,\nque os pisoteo la frente,\nque os redujo la cabeza.\nArboles que vuestro afan\nconsagro al centro del día\neran principio de un pan\nque solo el otro comía.\n\nCuantos siglos de aceituna,\nlos pies y las manos presos,\nsol a sol y luna a luna,\npesan sobre vuestros huesos!\nAndaluces de Jaen, aceituneros\naltivos, pregunta mi alma:\nde quién, de quién son estos olivos?\nJaen, levantate brava\nsobre tus piedras lunares,\nno vayas a ser esclava\ncon todos tus olivares.\nDentro de la claridad del aceite\ny sus aromas, indican tu libertad\nla libertad de tus lomas. \n\n
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NANAS DE LA CEBOLLA.-ALBERTO CORTEZ, JOAN MANUEL SERRAT\n\n\n\nLa cebolla es escarcha \ncerrada y pobre: \nescarcha de tus días \ny de mis noches. \nHambre y cebolla: \nhielo negro y escarcha \ngrande y redonda. \n\nEn la cuna del hambre \nmi niño estaba. \nCon sangre de cebolla \nse amamantaba. \nPero tu sangre, \nescarchada de azúcar, \ncebolla y hambre. \n\nUna mujer morena, \nresuelta en luna, \nse derrama hilo a hilo \nsobre la cuna. \nRíete, niño, \nque te traigo la luna \ncuando es preciso. \n\nAlondra de mi casa, \nríete mucho. \nEs tu risa en los ojos \nla luz del mundo. \nRíete tanto \nque en el alma al oírte, \nbata el espacio. \n\nTu risa me hace libre, \nme pone alas. \nSoledades me quita, \ncárcel me arranca. \nBoca que vuela, \ncorazón que en tus labios \nrelampaguea. \n\nEs tu risa la espada \nmás victoriosa. \nVencedor de las flores \ny las alondras. \nRival del sol. \nPorvenir de mis huesos \ny de mi amor. \n\nLa carne aleteante, \nsúbito el párpado, \nel vivir como nunca \ncoloreado. \n¡Cuánto jilguero \nse remonta, aletea, \ndesde tu cuerpo! \n\nDesperté de ser niño. \nNunca despiertes. \nTriste llevo la boca. \nRíete siempre. \nSiempre en la cuna, \ndefendiendo la risa \npluma por pluma. \n\nSer de vuelo tan alto, \ntan extendido, \nque tu carne parece \ncielo cernido. \n¡Si yo pudiera \nremontarme al origen \nde tu carrera! \n\nAl octavo mes ríes \ncon cinco azahares. \nCon cinco diminutas \nferocidades. \nCon cinco dientes \ncomo cinco jazmines \nadolescentes. \n\nFrontera de los besos \nserán mañana, \ncuando en la dentadura \nsientas un arma. \nSientas un fuego \ncorrer dientes abajo \nbuscando el centro. \n\nVuela niño en la doble \nluna del pecho. \nÉl, triste de cebolla. \nTú, satisfecho. \nNo te derrumbes. \nNo sepas lo que pasa \nni lo que ocurre.\n\n
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