Esta semana Mayka nos propone que hablemos de “Los Hijos”, un tema íntimo y cercano, pues para mi ser madre ha sido uno de los regalos que me ha hecho la vida.\n\nMe casé muy joven, en 1978, con solo veinte años, recién acabados mis estudios de enfermería. A los dos nos hacía ilusión ser padres y decidimos no esperar. Y no esperamos. Sergi nació al año siguiente y me convertí en una primeriza inexperta de 21 años, recién cumplidos.\n\nXarbet suele decir que “Los padres aprenden a ser padres a la vez que sus hijos aprenden a ser hijos” y esto es lo que nos sucedió a nosotros. \n\nAl principio todo parecía complicado, la alimentación del bebé, sus primeras enfermedades, su primer día de guardería…, la lista sería interminable. \n\nCon poca escuela y mucho empeño, poco a poco fuimos sorteando todos los obstáculos y seguimos aprendiendo el oficio. \n\nDos años después, sería febrero de 1981, volví a quedarme embarazada, recuerdo perfectamente la fecha. Fue después del fallido golpe de estado del 23 F, y me acuerdo porque muchas veces hemos comentado que de haber prosperado el llamado Tejerazo, quizás no habríamos vuelto a ser padres.\n\nAfortunadamente las aguas volvieron a su cauce, triunfó la Democracia y unos meses después nació Jordi, nuestro hijo pequeño. \n\n\nFueron unos meses complicados, pues dos dan mucho más trabajo que uno, contrariamente a lo que habíamos pensado. Además yo había empezado a trabajar hacía un año y los permisos maternales de sólo tres meses, más el mes de vacaciones, no daban para mucho. \n\nPronto tuvimos que empezar el periplo entre guardería, canguros y abuelas, cuando se dejaban.\n\nPaso el tiempo y fuimos cubriendo etapas, de la guardería al colegio, del colegio al instituto, vacaciones estivales en la playa, dos cambios de domicilio, fiestas de cumpleaños, malas notas, deberes, adolescencia, primeras novias, motocicletas, salidas por la noche… etc, etc.\n\nSupongo que habría malos momentos, riñas y desencuentros, pero como decía alguno de vosotros en un post de la semana pasada hablando de recuerdos, la memoria es selectiva y oculta en un desván escondido todo lo malo. \n\nY es cierto, hoy día tengo la sensación de que no fue tan complicado, de que las cosas fueron solucionándose por inercia, sin un gran esfuerzo y de que la prueba más difícil de todas ha sido asimilar que mis hijos han crecido y dejarlos marchar. \n\nEsta última prueba, la más dura, también se supera, y se supera con nota si tienes a tu lado a una persona que procura llenar los huecos. \n\nCuando los hijos se van de casa es cuando se muestra la solidez de la pareja, cuando de pronto, en el día a día, somos nada más que dos. \n\nHoy además de hijos, tenemos a dos amigos y confidentes, que tienen la madurez suficiente para servirnos de apoyo y que nos alegran las reuniones familiares. \n\nElegir la canción para el tema de hoy ha sido muy fácil, solo había una capaz de plasmar lo que quería contaros. \n\nEs un tema de Serrat, incluido en su LP “En tránsito”, que describe de forma magistral las relaciones entre padres e hijos. \n\nEs probable que este repetida, pero… no podía poner otra!!\n\n\n
ESOS LOCOS BAJITOS.- JOAN MANUEL SERRAT\n\n \n\nA menudo los hijos se nos parecen, \nasí nos dan la primera satisfacción; \nesos que se menean con nuestros gestos,\nechando mano a cuanto hay a su alrededor.\n\nEsos locos bajitos que se incorporan\ncon los ojos abiertos de par en par,\nsin respeto al horario ni a las costumbres\ny a los que, por su bien, hay que domesticar.\n\nNiño,\ndeja ya de joder con la pelota.\nque eso no se dice,\nque eso no se hace,\nque eso no se toca.\n\nCargan con nuestros dioses y nuestro idioma,\nnuestros rencores y nuestro porvenir.\nPor eso nos parece que son de goma\ny que les bastan nuestros cuentos\npara dormir.\n\nNos empeñamos en dirigir sus vidas\nsin saber el oficio y sin vocación.\nLes vamos trasmitiendo nuestras frustraciones\ncon la leche templada\ny en cada canción.\n\nNiño,\ndeja ya de joder con la pelota.\nque eso no se dice,\nque eso no se hace,\nque eso no se toca.\n\nNada ni nadie puede impedir que sufran,\nque las agujas avancen en el reloj,\nque decidan por ellos, que se equivoquen,\nque crezcan y que un día\nnos digan adiós.\n\n\n
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Xarbet suele decir que “Los padres aprenden a ser padres a la vez que sus hijos aprenden a ser hijos” y esto es lo que nos sucedió a nosotros. \n\nAl principio todo parecía complicado, la alimentación del bebé, sus primeras enfermedades, su primer día de guardería…, la lista sería interminable. \n\nCon poca escuela y mucho empeño, poco a poco fuimos sorteando todos los obstáculos y seguimos aprendiendo el oficio. \n\nDos años después, sería febrero de 1981, volví a quedarme embarazada, recuerdo perfectamente la fecha. Fue después del fallido golpe de estado del 23 F, y me acuerdo porque muchas veces hemos comentado que de haber prosperado el llamado Tejerazo, quizás no habríamos vuelto a ser padres.\n\nAfortunadamente las aguas volvieron a su cauce, triunfó la Democracia y unos meses después nació Jordi, nuestro hijo pequeño. \n\n\n
Fueron unos meses complicados, pues dos dan mucho más trabajo que uno, contrariamente a lo que habíamos pensado. Además yo había empezado a trabajar hacía un año y los permisos maternales de sólo tres meses, más el mes de vacaciones, no daban para mucho. \n\nPronto tuvimos que empezar el periplo entre guardería, canguros y abuelas, cuando se dejaban.\n\n
Paso el tiempo y fuimos cubriendo etapas, de la guardería al colegio, del colegio al instituto, vacaciones estivales en la playa, dos cambios de domicilio, fiestas de cumpleaños, malas notas, deberes, adolescencia, primeras novias, motocicletas, salidas por la noche… etc, etc.\n\nSupongo que habría malos momentos, riñas y desencuentros, pero como decía alguno de vosotros en un post de la semana pasada hablando de recuerdos, la memoria es selectiva y oculta en un desván escondido todo lo malo. \n\nY es cierto, hoy día tengo la sensación de que no fue tan complicado, de que las cosas fueron solucionándose por inercia, sin un gran esfuerzo y de que la prueba más difícil de todas ha sido asimilar que mis hijos han crecido y dejarlos marchar. \n\nEsta última prueba, la más dura, también se supera, y se supera con nota si tienes a tu lado a una persona que procura llenar los huecos. \n\nCuando los hijos se van de casa es cuando se muestra la solidez de la pareja, cuando de pronto, en el día a día, somos nada más que dos. \n\nHoy además de hijos, tenemos a dos amigos y confidentes, que tienen la madurez suficiente para servirnos de apoyo y que nos alegran las reuniones familiares. \n\n
Elegir la canción para el tema de hoy ha sido muy fácil, solo había una capaz de plasmar lo que quería contaros. \n\nEs un tema de Serrat, incluido en su LP “En tránsito”, que describe de forma magistral las relaciones entre padres e hijos. \n\nEs probable que este repetida, pero… no podía poner otra!!\n\n\n
\n\nA menudo los hijos se nos parecen, \nasí nos dan la primera satisfacción; \nesos que se menean con nuestros gestos,\nechando mano a cuanto hay a su alrededor.\n\nEsos locos bajitos que se incorporan\ncon los ojos abiertos de par en par,\nsin respeto al horario ni a las costumbres\ny a los que, por su bien, hay que domesticar.\n\nNiño,\ndeja ya de joder con la pelota.\nque eso no se dice,\nque eso no se hace,\nque eso no se toca.\n\nCargan con nuestros dioses y nuestro idioma,\nnuestros rencores y nuestro porvenir.\nPor eso nos parece que son de goma\ny que les bastan nuestros cuentos\npara dormir.\n\nNos empeñamos en dirigir sus vidas\nsin saber el oficio y sin vocación.\nLes vamos trasmitiendo nuestras frustraciones\ncon la leche templada\ny en cada canción.\n\nNiño,\ndeja ya de joder con la pelota.\nque eso no se dice,\nque eso no se hace,\nque eso no se toca.\n\nNada ni nadie puede impedir que sufran,\nque las agujas avancen en el reloj,\nque decidan por ellos, que se equivoquen,\nque crezcan y que un día\nnos digan adiós.\n\n