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Imperdonablemente ayer me olvidé de comentar lo que sin duda es lo más relevante de la ruptura de la tregua. El miedo que ha vuelto a aumentar en las casas de tantas familias. Seguro que nunca se fue, pero sin duda los meses sin atentados lo habían rebajado. Especialmente en el País Vasco mucha gente estaba muy esperanzada con esta tregua, genuinamente creían que algo era distinto esta vez. O al menos eso me decían. Ahora saben que las pistolas están de nuevo sobre la mesa y que esta nueva generación de etarras, formados en la acción y no en la política, son probablemente impredecibles. Esperemos que su capacidad operativa sea menos de lo que algunos medios apuntan. Esperemos que su falta de experiencia les lleve a cometer los errores que solían cometer en los últimos tiempos antes de la tregua.\n\nOtra cosa que se necesita urgentemente es una reafirmación contundente de la sociedad vasca en contra de esta gente. Ahora, antes de que pase nada, el lehendakari debería abandonar el perfil bajo que ha mantenido en los últimos tiempos y dar un paso al frente, intentando unir a la sociedad vasca en su posición en contra de ETA. A ser posible con un mensaje tan claro y lejos de cualquier ambigüedad que pudiera ser aceptado por el PP. Debería ser posible. No tiene sentido esperar a que vuelvan a atentar, hay que volver a recordárselo ahora, volverles a recordar que la vía violenta no tiene sentido y que daña tanto a la sociedad en su conjunto como especialmente a sus ambiciones políticas. Y sobre todo va a dañar irremediablemente a las víctimas, que quizá a ellos no les importe, pero que hace que estén luchando por un estado basado en la amoralidad, un estado donde el fin justifica los medios. ¿Quién quiere vivir en un estado así, por muy abertzale que sea?\n
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