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En León hay una costumbre en Semana Santa: tomar limonada. Mientras unos se dedican a disfrazarse ocupando media ciudad con sus ritos, otros realizan procesiones más paganas de bar en bar pidiendo un vasito de limonada. Lo curioso y poco edificante del tema es que a eso se le llama matar judíos. Vaso que bebo, judío que mato, se suele decir. El origen de tal nombre no está claro, pero no es difícil dar explicaciones plausibles. Como casi todas las ciudades antiguas de España, León contó en su tiempo con una, o varias, juderías. Incluso hombres importantes en la historia judía tienen su nombre asociado al de León, como el amigo Moisés, al que se le ocurrió escribir un libro de esos que han dado mucho de qué hablar. \n\nAhora a alguien en el ayuntamiento de León se le ha ocurrido la idea de hacer un museo sobre la cultura judía y, ya que nos ponemos, mozárabe y romana. Dado que el ayuntamiento no tiene mucho dinero, supongo que debido al pasado gasto en gomina, la sede va a estar en una iglesia cedida por el obispado. La iglesia de San Pedro de Puente Castro será la afortunada, quizá para que los que llegan haciendo el camino de Santiago puedan ver unas cuantas copias de antiguallas y seguramente "recuerden" ese periodo mítico de convivencia pacífica en la península ibérica. \n
 Foto del Diario de León.\n \n\nEs interesante imaginar qué pensaría el párroco de esa iglesia de la idea cuando la expresión "matar judíos" se creó. Dedicar una iglesia a museo de la cultura judía y no para recordar que fueron los que mataron al jefe seguramente sería una idea descabellada para aquel hombre. Pero así son las cosas. Hace unos siglos lo malo era ser un hereje, un blasfemo o simplemente devoto de otra religión. Ahora, como el papa alemán bien sabe, lo malo es no tener religión y sobre todo recordar que el estado es, o debe ser, laico. Hasta ahí podíamos llegar: antes judío.\n\nFuente: Diario de León \n
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