LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_SAILINGALEA_2007_11_2_OBJETIVOS

Este verano me leí un libro que se titula Delicioso suidicio en grupo de Arto Paasilinna. Sin destrozar su lectura os cuento que se trata de un grupo de personas que deciden suicidarse en grupo y buscan hacerlo de una forma “vistosa”; es un libro en clave de humor.\n

Ante este objetivo común empiezan a buscar la mejor manera, el mejor lugar, el mejor momento… y buscando, buscando, cada vez posponen un poquito la decisión.\n

No es el mejor libro que me he leído, pero me hizo pensar en que cuando tenemos un objetivo es más fácil seguir adelante.\n

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Todo esto viene a cuento porque cuando decidimos comprar Alea, optamos por comprar un velero “que no podíamos pagarnos”. Entiéndase: si nos comprábamos uno pequeñito, con los ahorros bien colocados, podíamos intentar vivir sin trabajar, pero para vivir con este barco, necesitamos conseguir ingresos\n

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El sueño de mucha gente –al menos de palabra- “jubilarnos” y viajar por el mundo, sin más obligaciones ni preocupaciones\n

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¿era eso realmente lo que queríamos? \n

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Yo no. Yo necesito tener un objetivo, algo que me mueva, algo físico –como la necesidad de cubrir mis necesidades básicas- y por eso elegí un barco que me obliga a “buscarme la vida”.\n

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Cuando tienes el dinero suficiente, los bienes materiales necesarios, cuando tu objetivo no es tener más y más supongo que has de buscar otros senderos, otros objetivos que te llenen la vida, y yo no sé me sentía preparada para esa búsqueda. Yo quería tener un objetivo sencillo: tener que ganarme la vida\n

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Así, queremos hacer del barco nuestra casa y queremos convertirlo en algo así como un hostalito flotante. Conseguir que haya gente que quiera pasar una semana o más con nosotros para conocer un lugar pero desde el mar con todo lo que comporta.\n

Eso implica tener que idear una oferta atractiva, buscar gente, organizar excursiones, conocer previamente los lugares… hacer una web y mantenerla al día, tener el entorno acogedor, aprender todos los días un poco más para ofrecer a quien me visite algo mejor.\n

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Además tendré mi pequeño restaurante de a bordo (ese sin secretos), podré conocer a gente nueva, tendré más ocupación que el simple viajar.\n

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Es cierto que este modo de vida me da una libertad que no me la daba un puesto de funcionaria, pero no es menos cierto que en mi caso el “dolce fare niente” no es un ideal de vida.\n

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Y vosotros ¿os imagináis todo el tiempo del mundo y sin ninguna obligación? Y eso ¿os haría desgraciados o felices????\n

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Hoy ando filosófica, que le vamos a hacer\n\n