El camino... para llegar al principio

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El nacimiento de la idea fue bonito pero sencillo.\n

¡pero cuántas ideas nacen y no pasan!\n

Ya sabemos qué queremos y ahora hay que saber cómo llegar a conseguirlo\n

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Buscando, es fácil encontrar libros con las experiencias de otras personas que han decidido navegar durante años dejando atrás eso que llamamos “normalidad”. En todos ellos hemos encontrado relatos de las experiencias más variopintas a bordo de un velero, pero en casi ninguno se explica cómo demonios se organizaron la economía para vivir navegando.\n

Yo tengo un piso pequeño – un cuarto sin ascensor, hipotecado- en los alrededores de Barcelona. Johan una “casa rural” – en fase de obras para ponerla a funcionar, hipotecada- en un pueblo pequeño en la zona interior de Valencia... \n

Tras evaluar las diversas posibilidades decidimos que yo lo mejor es acabar la casa rural y venderla, dejar mi casa libre de hipoteca y con lo que nos quede (¿????) comprar un velero. Eso ya es un principio.\n

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La forma más rápida de “terminar la casa” (Johan llevaba más de dos años trabajando prácticamente sólo) era dejar mi trabajo de funcionaria e irme a ayudarlo.\n

Dicho y hecho\n

Creo que ha sido una de las mejores decisiones de este proyecto porque el cambio de vivir en una gran ciudad a hacerlo navegando (o sea, lejos de amigos, cines, tiendas, bibliotecas) podía ser alucinante.\n

La vida rural ha sido un buen “entrenamiento”\n\n\n

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Os pongo en antecedentes:\n

A casi 100 km de una gran ciudad (casi 80 km del cine más próximo!!!)\n

A penas 500 habitantes (muchos de ellos ancianos)\n

4 tiendecitas y 3 bares\n

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Por si esto no fuera suficiente la casa rural será fantástica, grande, acogedora, con las mejores vistas de la zona, con jardines... y en el momento en que yo me traslado está EN OBRAS, o sea:\n

Sin electricidad (o sea sin televisión)\n

Sin enyesar las paredes ni enlucir la fachada\n

Con los suelos a medio poner\n

Sin cocina instalada (cocinamos en una pequeña cocina de gas sobre una mesilla)\n

Al principio sin agua corriente\n

... y yo de funcionaria a albañil !!!!!!!!!!!\n

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Podéis imaginar que después de pasar un año así vivir en el barco me va a parecer un lujo\n

Pero la experiencia ha sido terriblemente rica porque ahora sabemos que podemos compartir 24 horas al día y no nos agobiamos, que trabajamos bien juntos (muy bien), que los amigos pueden estar más lejos pero si son amigos están ahí, que se puede vivir tele, que ir al cine una vez al mes es una fiesta.\n

He aprendido a valorar las cosas pequeñas. He aprendido a trabajar con mis manos.\n

Teniendo tiempo he aprendido a pensar más en las cosas. En las ciudades grandes corremos tanto para todo que no nos queda tiempo de mirar para adentro... y yo creo que lo voy haciendo cada día un poquito mejor.\n

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Sin que la cosa fuera más allá, ya habría valido la pena. Todos deberíamos regalarnos la oportunidad de tener tiempo para conocernos un poquito más y pensar mucho más.\n

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Sin tele, sin anuncios, sin miles de tiendas con escaparates de ensueños, descubres que NO necesitas tantas cosas como antes. Con tiempo, aprendes a pensar antes de reaccionar, y así mil cosas.\n

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Imaginamos que todo iría más rápido... pero hemos sabido disfrutar de la espera (con algunos ratitos de desesperación con las cosas que se retrasan y no nos dejan iniciar ya el nuevo plan de vida) y hemos conseguido dar el primer paso.\n

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La venta de la casa está un poquito en el aire pero nos hemos tirado a la piscina (o al mar) y desde hace algo más de un mes somos casi propietarios de un barco. El más bonito del mundo... y os lo digo porque hemos buscado por medio mundo hasta dar con él.\n

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Esa es también una linda historia... os la cuento la próxima semana.\n

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