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 \nMe encanta la cocina... me gustan además las tareas domésticas. Me gusta cuidar.\nTengo estudios universitarios, he aprobado unas oposiciones, estoy restaurando un velero en pie de igualdad (o casi) con Johan... pero eso no excluye que tenga una tirada por eso que se llama "marujeo" y que está un tanto mal visto.\n\nParece que para ser moderna y liberada tienes que trabajar mil horas y demostrar que "vales" tanto como un hombre... y a mí lo que me gusta más hacerme mi propio pan (entre otras muchas cosas que no tienen por qué ser excluyentes)\n\nTengo que reconocer que en mis meses en el pueblecito de la montaña, cuando disponía de tiempo para decidir qué quería hacer con mi tiempo, junto a otras muchas cosas (es la ventaja de vivir sin tele) lo que más me gustaba era cocinar. He aprendido a hacer mi pan en el horno y he experimentado con montones de recetas e ingredientes; siempre inventando con las cuatro cosas que hubieran a mano en eso que hemos bautizado como "la cocina imaginativa".\n\nSiempre le decía a Johan que mi ilusión sería montar un pequeño restaurante (la perfección habría sido una librería-cafetería-restaurante), apenas unas pocas mesas, y cocinar para quienes quisieran compartir con nosotros un ratito. Buena comida, un lugar tranquilo, ambiente acogedor.\n\nAl terminar incluiría junto a la cuenta, la receta de uno de los platos que hubieran comido porque del mismo modo que me encanta prestar un libro que me ha gustado o recomiendo una película que me ha atrapado... creo que es bonito compartir los conocimientos y yo no querría acumular secretos de chef; la mía sería una cocina sin secretos\n\nEl barco me permite hacer realidad un montón de sueños e ilusiones: viajar, vivir una sensación de libertad, "escaparme" del círculo vicioso de las hipotecas y las horas extras... y me va a permitir tener mi peculiar restaurante.\n\nEn Alea podremos recibir 4 o 6 personas para que nos acompañen en recorridos, travesías o estancias. Lo habitual en estos casos es que los pasajeros se preparen su comida... pero cuando vengan a Alea no estarán en un chárter convencional, sinó en mi casa, y por lo tanto yo podré regalarles mis comidas; y donde yo imaginé un techo decorado estarán las estrellas, y donde yo imaginé un hilo musical estará el sonido de las olas... y mi cubierta será mi pequeño restaurante\n\nY yo podré marujear en mi barco -porque me gusta- y podré cuidar de quien me visite -porque me gusta- e intentaré vivir sin complejos (y sin secretos)\n\n... cuando queráis os invito a una cenita (y os regalo la receta)\n\nPD. la foto es de mi primer pan\nPD2. casi hemos terminado de reparar la cubierta... empiezan nuevas tareas; os mantendré informado\n\n
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