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Estaba el otro día repasando una soldadura, subida en un andamio, cuando me dio por pensar "qué penita que no pase por aquí un buen mozo para ver si desde estas alturas se me despierta el deseo de soltarle cuatro piropos..."\n\n\n\nlo cierto es que donde estamos no es un lugar de mucho paso pero algún que otro marinero del club veo todos los días y los hay jovencitos y fornidos.\n\n\n\nahí estaba yo sumida en mis pensamientos cuando pasa por debajo del barco un muchachote al que no había visto nunca. No se me despierta ningún deseo piropeador pero él no tarda ni cinco segundos en decirme \n\n-te estás poniendo bien morenaza eh!!\n\na lo que yo respondo\n\n- sí, pero como tú, moreno albañil\n\npara mi sorpresa, se frena en seco y con una sonrisa me suelta\n\n- no te confundas, bonita, soy caminonero\n\nme dieron unas ganas locas de replicarle que no soy guapa ni bonita, que soy más bien resultona, pero me faltaron agallas...\n\n\n\nConclusiones\n\n\n\nEl instinto de soltar piropos a diestro y siniestro propio de los obreros de la construcción poco tiene que ver con el andamio, debe estar directamente relacionado con los cromosomas-macho\n\n\n\nNo confundir a un camionero con un albañil aunque ambos vistan camiseta abanderado y luzcan un moreno que no será motivo de orgullo cuando se quiten la susodicha camiseta: se pueden herir sensibilidades gremiales innecesariamente!!!\n\n\n\n\n
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