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Pequeña cidudad al sur de Kathmandú a la que debemos llegar en taxi o moto pues tiene una tiradilla muy larga para ir andando. Por 200 rupias nos llevaron hasta la plaza Durbar, plaza mucho más bonita e impresionante que la que habíamos visto el día anterior.\n
 Como llegamos algo temprano y los puestos de los vigilantes aún no estaban puestos y evitamos pagar entrada. Una vez vista la plaza nos perdimos por las callejuelas donde un sinfín de pequeños talleres de artesanos y comerciantes dan vida a las calles aún por asfaltar.\n\n En Nepal es habitual que las carnicerías expongan el genero sin refrigeración ninguna, a la vista de transeuntes e insectos. Aún así, nosotros en distintas ocasiones comimos carne, bien en restaurantes o puestos de la calle. Es complicado intuir el estado de la carne por el olor pues por lo general todas las comidas estan muy especiadas con Masala, una especia parecida al curri y de fuerte olor y sabor.\n\n Entre esos paseos por las estrechas calles llegamos hasta un comerciante de esos que aún te reciben sentado en el suelo y te invitan a que tu lo hagas tambien.\nFué allí donde compramos varios recuerdos realizados en bronce y que se vendían al peso.\n En el largo paseo llegamos hasta una estupa donde ofrecimos nuestros collares a Buda he hicimos sonar las campanas y giramos las ruedas de oraciones.\n\n Patan es una visita obligada si se viaja a Nepal.\n
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