Llego a Medellín de noche, después de 11 horas de autobús. Totalmente agotado.\n
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Salí por la mañana desde la estación de autobuses de Bogotá, y el viaje ha sido una aventura. Circulamos por carreteras de montaña, estrechas y retorcidas, que suben y bajan durante todo el trayecto. La sencilla tarea de ir al aseo del bus resulta una auténtica proeza de equilibrio y puntería.\n
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El paisaje es espectacular y parece el Amazonas. Ríos enormes, montañas impresionantes, rocas descomunales y montones de curvas... Pasamos al lado del Nevado del Ruiz que con sus 5700 metros de altura produce estupor ver su tamaño. \n
En el mapa parece que sólo 200 kilómetros separan las dos ciudades, pero si estirásemos la carretera, la distancia se multiplicaría por 3... El camino está lleno de pueblos muy humildes donde la mayor parte de la gente que he veo desde la ventanilla, está sentada durmiendo la siesta sin hacer nada...\n
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Aparte del paisaje y los desniveles, ir por estas carreteras tiene un aliciente añadido, si es que se le puede llamar así. \n
Transitamos por zona roja y esto significa que el territorio está sembrado de guerrilleros de las FARC, el Frente Armado Revolucionario de Colombia... Nos han comentado que la guerrilla últimamente está muy tranquila, pero quién sabe... en cualquier momento podrían actuar. Hay controles militares cada 3 o 4 kilómetros y en tres de ellos nos paran y registran el autocar. En uno de ellos, un joven militar se dirige a mí y me pide el pasaporte. El bus va lleno y solo se molesta en pedírmelo a mí... No sé que pretende, pero el rato que paso delante del soldado mostrando mis documentos resulta muy inquietante.\n
Un factor que añade todavía más tensión a esta situación es que me consta que las FARC montan sus propios controles militares... Son idénticos a los oficiales. Llevan los mismos uniformes y botas. Solo que estos tienen otras intenciones... Todo esto da miedo, y decido que los siguientes trayectos que tenga que realizar en este país los haré en avión.\n
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Una cosa que llama poderosamente mi atención son los altares improvisado en muchos puntos de la carretera. Albergan imágenes y esculturas de vírgenes, santos y cristos. Están adornados con flores, mosaicos de cristales y trozos de cerámica. \n
Al parecer existe una tradición en la que los conductores ofrendan a sus santos, y demás protectores, con faros de vehículos. Decenas de ópticas delanteras se apiñan alrededor de estas capillas dándole un toque bastante “kitsch”.\n
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Medellín es una ciudad bulliciosa, con mucho ajetreo y colorido. Es moderna y la gente es más dinámica que en otros lugares de Colombia. Estamos en la región de Antioquia, que tiene fama de ser la más productiva y trabajadora de todo el país. Aquí hay más estrés que en Bogotá, y se ven menos pobres... El metro de esta ciudad, el único metro de toda Colombia, es moderno y limpio. Hay grandes plazas y parques. \n
En la plaza más céntrica de la ciudad se encuentra el Museo de Fernando Botero. \n
La plaza está llena de esculturas de este pintor y escultor contemporáneo colombiano.\n
Fernando Botero, nacido y formado artísticamente en esta ciudad es considerado el mejor embajador que tienen de Medellín en el mundo. Actualmente vive en Florencia. \n
Otro personaje que la gente asocia indisolublemente al nombre de Medellín es Pablo Escobar. Jefe destacado de la mayor organización narcotraficante del país de todos los tiempos amasó una fortuna inmensa, ofreciéndose a saldar la deuda exterior de Colombia con el resto del mundo. El gobierno no aceptó la desafiante propuesta, y Escobar cayó muerto años después en una batida coordinada con la CIA. \n
Algunos de los habitantes de Medellín, a pesar de tener conocimiento de sus negocios criminales, le tienen profundo respeto a esta persona. Ayudó a los más desfavorecidos de la ciudad, y hoy en día todavía circulan buena parte de los miles de taxis que regaló a muchos desempleados. Lo que no todo el mundo sabe, es que el motivo de este magnánimo gesto era poder rodearse de la mayor red de informadores de todo el país.\n
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Una de las cosas que subrayan en la guía viajera que compré de esta ciudad es la belleza de las mujeres que aquí viven. No sé qué imaginarme exactactamente, pero cuando llego a la estación de autobuses y me dirijo al centro haciendo uso del metro, compruebo alucinado la veracidad de tal información. \n
Es cierto, Medellín está lleno de mujeres guapas y la mezcla mestiza de indios y europeos establecidos durante los años posteriores de la conquista de América les ha otorgado a las féminas de este lugar una belleza exótica y latina.\n
Son mujeres muy guapas en un país de mujeres guapas, y a mi pesar, no volveré a disfrutar de tal espectáculo en todo mi viaje. \n
Ir por la calle es una experiencia que llega a producirme sonrojo. Aquí las chicas son hermosas y no se lo creen demasiado. Se comportan de un modo natural y con mi “look” extranjero, son varias las que se fijan e intercambian una sonrisa. Me encantan...\n
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Es curioso comprobar las diferencias de aspecto de un lugar a otro... \n
Aquí en Colombia puedo afirmar sin miedo a equivocarme que las mujeres son muchísimo más guapas que los hombres. Los hombres desde luego que no salen tan agraciados como ellas..., al contrario que Costa Rica por ejemplo, donde podré constatar con cierto disgusto que aún habiendo chicas bellas, la proporción es mucho más discreta. En cambio debo admitir sin demasiados tapujos que los costarricenses suelen ser muy guapos. Tienen rasgos faciales viriles y armoniosos, y tengo oportunidad de contrastar mi percepción con alguna viajera que me comenta asombrada lo buenos que están los tíos por Costa Rica...\n
Lectores y lectoras..., si buscáis un sitio para alegraros la vista y el resto de los sentidos, si tenéis suerte..., ya sabéis que lugares deberéis visitar. \n
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