\n\n Este post forma parte de una serie de artículos que me han publicado en el (CCS) Centro de Colaboraciones Solidarias, de la ONG “Solidarios para el Desarrollo”.\n\n
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Solidarios para el Desarrollo es una organización humanitaria vinculada a la Universidad Complutense de Madrid (España) y el CCS es un servicio de información gratuito que la ONG ofrece a multitud de medios de comunicación de América Latina, EE.UU y España. Merece la pena entrar en su página y leer los excelentes artículos que contiene. http://www.ucm.es/info/solidarios/ccs/inicio.htm\n\n
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Día de otoño\n\n
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Son las diez de la mañana, pero aún hace fresco. El día está gris: el cielo está cubierto de nubes y el paisaje ha cambiado. Los colores se han ido y el mundo tiene el aspecto de un animal dormido. No se ve a nadie y por la pequeña carretera, el silencio es total.\n\n
Hoy quiero hacer una ruta algo más larga: probar un poco como se va aclimatando a hacer kilómetros este cuerpo gastado.\n\n
Dejo la carretera y ahora ruedo por un camino. La tierra está mojada y blanda. Me gusta oír el sonido de las ruedas abriéndose paso en la tierra mojada. Mi bicicleta navega por un pequeño mar de tierra en calma.\n\n
A mi alrededor se extienden los campos, las praderas, los montes, el río, los sembrados. El aire huele a humedad y el agua está fría cuando la bebo. Todo resulta amable esta mañana. Un par de cigüeñas me contemplan desde su nido.\n\n
Desde los surcos me llega el olor a barro y a humedad. Lejos quedan, de pronto, los días de sequía donde todo era sobrevivir al calor y a la ausencia de agua.\n\n
El río baja bravo esta mañana, su voz hoy suena diferente. Su voz son muchas voces, voces de niños. Niños de agua que juegan, saltando alegres entre las piedras.\n\n
Acaban los caminos y aún hace frío. El día se oscurece un poco más. Ha cambiado mi mundo que ahora se prepara para pasar el invierno. Los grandes acantilados de piedra tienen otro aspecto y hasta los pájaros que sobrevuelan las rocas parecen más lejanos, más pequeños.\n\n
Yo siento toda esta transformación como un ser más de esta naturaleza; y a veces ya no sé distinguir en lo más hondo de mi corazón si es alegría o tristeza esto que siento, porque, desde hace mucho tiempo, las cosas hermosas de la vida provocan en mí esa sensación extraña.\n\n
Todo se funde en mi interior: alegría y dolor, felicidad y muerte, belleza y sufrimiento, todo se une en una sinfonía de experiencias que me llenan el alma y se quedan allí, como algo dormido que luego no supiera utilizar. Es mi mundo: algo tremendo y extremo. Mi mundo: algo que es único, inmenso y personal.\n\n
Esta mañana me siento bien, tranquilo, regreso a casa despacio, escucho a mi corazón que me dice que, ahora, lo único importante es vivir el momento y disfrutar.\n\n
Disfrutar de este instante de paz en un mundo de locos. Sentir que estoy fuera, muy lejos del dolor y la desolación de un mundo repleto de injusticias.\n\n
Allá a lo lejos, justo en el horizonte, presiento ya el final de mi camino y estoy tranquilo, y me siento bien.\n\n\n\n\n\n
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