LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_UNDOS333_2008_2_6_CCS-EL-ALMA-LAS-COSAS-

Este post forma parte de una serie de artículos que me han publicado en el (CCS) Centro de Colaboraciones Solidarias, de la ONG “Solidarios para el Desarrollo”.\n\n

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Solidarios para el Desarrollo es una organización humanitaria vinculada a la Universidad Complutense de Madrid (España) y el CCS es un servicio de información gratuito que la ONG ofrece a multitud de medios de comunicación de América Latina, EE.UU y España. Merece la pena entrar en su página y leer los excelentes artículos que contiene. http://www.ucm.es/info/solidarios/ccs/inicio.htm\n\n

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El alma de las cosas\n\n

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Algunos días, de un modo inesperado, el campo se convierte en una forma de arte. Mientras ruedo por los caminos, sobre mi bicicleta, comprendo lo que esto significa de un modo intenso y personal.\n\n

Así, aunque el camino sea el mismo, puedo mirar este paisaje un día y otro y cada vez tiene un aspecto diferente. Con cada cambio de luz, con cada nube que pasa, en cada época del año, el paisaje es distinto. Mi campo es único y fugaz y por tanto muy especial. Esto sucede cada día, a cada instante, y ser capaz de ver y de sentir este continuo cambio es algo imprescindible para empezar a entender.\n\n

Algunas veces me sucede que siento claramente el alma de las cosas, entonces soy feliz. Esta tarde me he detenido en una curva del camino y he contemplado unos inmensos campos de maíz. Mientras lo hacía, recordé a Vincent Van Gogh, ese hombre solitario e incomprendido, que amaba tanto el arte y la belleza. Podía imaginarlo allí, sentado en esa misma curva del camino, con su sombrero de paja, su caja de pinturas, y su botella de absenta.\n\n

He pasado mucho tiempo intentando imaginar cómo vería Vincent este campo. Probablemente nadie, en la historia del arte, consiguió ver el mundo con esa intensidad. Sus cielos enloquecidos, plagados de estrellas que brillan furiosas, sus árboles, como llamas azules que pugnan por alcanzar el cielo, sus pájaros, que se escapan volando sobre los campos amarillos que arden de luz y de color... Todo en su vida estaba marcado por esa intensidad, esa inmensa capacidad de ver. Una forma profunda y especial de interpretar el mundo. Algo que sólo los genios y los santos tienen capacidad de ver.\n\n

Reemprendo mi camino lentamente y dejo atrás los campos. La vida continúa; el mundo sigue y yo con él. Esta tarde los conejos parecen estar especialmente confiados y corren frente a mi bicicleta. Todo está en calma y en medio de esta soledad yo encuentro, de un modo u otro, mi lugar en el mundo. Una pareja de rapaces dan vueltas sobre mi cabeza, para ellas yo sólo soy un hombre más. Nada especial que retener en su memoria.\n\n

Ahora, mientras bajo una cuesta y dejo atrás todas estas experiencias, pienso en el arte y los artistas. Ellos mueven el mundo, lo hacen girar con su talento cada día. El arte es necesario; el arte y la belleza son algo necesario, como beber o respirar. Tan necesarios como el verde del árbol junto al río o ese cielo perfecto. Sin arte, el ser humano es poco más que un animal sin esperanza.\n\n