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Hay un instante en la noche\nen que todo se para, hasta la vida.\nUna mujer sin nombre canta una estrofa de Lou Reed\nla repite una y otra vez, como una letanía\n“hey babe, take a walk on the wild side”\ny en su voz rota el dolor se vuelve intenso, tangible y pesado como la losa que cubre una tumba.\nLa mujer canta y me mira con sus ojos vacíos, con su alma vacía\ncon su cuerpo acabado, infinito, profundo... Helado y oscuro, como un abismo en el fondo del mar.\nLa mujer canta y el dolor crece y atraviesa todas las heridas,\nY avanza como una ola que arrasa todo lo que existe.\n.\n.\nSu mano golpea un instrumento\nque suena como un corazón\ncomo un doliente corazón agonizante.\n.\n.\n¿De dónde vienes mujer de los sesenta?\n¿En qué momento perdiste la luz de tus ojos y el último resto de tu belleza?\nNo les cantes a ellos. Aún no pueden comprender.\nSólo yo reconozco tu canto de muerte en esta noche ciega\ndonde no queda ni el brillo de una sola estrella para ti.\n.\n.\nLo sé, has llegado hasta aquí, y ese lado salvaje, esta noche, es un infierno más terrible de lo que nunca llegaste a imaginar.
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