LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_UNDOS333_2011_3_26_LA-MUJER-DEL-RIO

En los días hermosos como éste la soledad pesa en el alma más que nunca. Hace ya mucho tiempo que aprendí que lo bello es el principio de todo lo terrible. Hoy el cielo es más azul, las nubes son más blancas y en el campo florecen los almendros. Todo esto me desgarra el corazón y abre mi herida. \n\n

Conozco una mujer que en las noches de luna, baja hasta el lugar donde duermen los corzos y se esconde el silencio. Tiene la piel blanca y una voz dulce, con acento del norte. Los lobos la respetan y la quieren, tal vez porque, cuando sonríe, en su rostro brilla la vida. Es una mujer extraña; siempre parece ir hacia algún sitio y nunca regresa por el mismo camino -lo sé porque yo la espero en silencio cada noche, a la orilla del río-. No sé si ella es real o sólo es un invento fruto de mi imaginación. Ayer, por fin, hablé con ella; me contó muchas cosas de las encinas, del bosque y de las piedras, como viven y sienten, como miran y saben de todos los secretos que hay bajo la tierra. \n\n

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