Y nuestra alma india no nos olvida y nos recuerda. Tierra rojiza, atardeceres impresionantes, de los que deseas formar parte. Nunca esos colores del cielo y la tierra, fundidos en el rojo, azul y amarillo, vi en mi vida. \n\n

Silencio, tierra habitada por el espíritu indio, sus antiguos pobladores. \n\n

La gente que antes lo habitaba, respeto total por su tierra. Contacto directo con lo que la tierra les daba. Si no respetas y amas la Tierra, que sustento te da, serás incapaz de cuidarte a ti mismo y a los demás. ¿Qué sentido tiene no saber cuidar de la Tierra? Eso ellos lo sabían. Hoy en día, algunas culturas mantienen este respeto y contacto directo con su entorno. Otras culturas, intentan recuperarlo, pues necesario es. Hoy en día, este lugar, protegido y súper visitado, sigue siendo un remanso de paz al contemplar sus atardeceres. Es una Tierra herida en el pasado, pues heridos y masacrados fueron sus habitantes, pero su espíritu y sus enseñanzas, allí permanecen. No los olvidemos a ellos, no las olvidemos, sus enseñanzas. \n\n

Han pasado y algunos años de haber estado caminando por aquellos territorios, haber aprendido de la necesidad que tenían de dar caza al búfalo, animal sagrado del que necesitaban para sobrevivir, pues de él se alimentaban y se abrigaban, y para ello agudizaban toda su inteligencia e ingenio para darle caza, con total respeto. \n\n

Han pasado alguno años ya, pero parte de mí se quedó impreganda en aquellos paisajes y siempre el recuerdo, me los trae al presente. \n\nCamina descalzo, de vez en cuando sobre la hierba, y descubrirás, que tú perteneces a la Tierra y no la Tierra a nosotros. \n\n\n\n\n\n\n \n

Jefe Indio Noah Seattle, discurso a la naturaleza