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  • Después de dormir aproximadamente dos horas llego nuestro transporte hacia Panajachel. Era uno de esos llamados colectivos en Guatemala, era un domingo por lo tanto no había lugar vacío. Después de dar una vuelta por Antigua para recoger a los personajes olvidados yo ya traia un mareo terrible.\n\nEmpezamos a tomar camino y a medida de que ibamos subiendo se acentuaban las curvas, eran un paisaje espectacular contrastando con las condiciones de la carretera. Me sentía tan arrepentida por haber tomado el consejo de ir hacia el Lago de Atitlan, después de parar 4 veces por el mareo el chofer de nuestro colectivo me decía no se desespere ya vamos a llegar y cuando veamos la vista del lago y del volcan se va a distraer. En esos momentos no había vista ni paisaje que me distrajera, para mi fue una eternidad.\n\nDe pronto empezamos la bajada llegando hacia Panajachel, entramos por una calle la cual después me di cuenta que era la principal que llevaba hacia el lago. Empece a ver a todos lados sin saber en donde haciamos parada. Me sentía tan mal y tan cansada que pregunte por un hotel que había checado por internet. Ya con maletas en mano caminamos unas dos cuadras las cuales se me hicieron eternas, lo único que deseaba en ese momento era una cama y que aparte fuera cómoda y limpia. Llegamos al hotel Primavera Atitlán y cumplio con mis expectativas, es un hotel con un precio bastante accesible que te da una cama limpia, un baño recién remodelado y una televisión con cable. \n\nDespués de dormir unas horas me dije necesito ir a ver ese famoso lago para ver si toda esta aventura valío la pena. Salí del hotel caminando por la calle llena de restaurants, agencias de viajes y tenderetes de vendimia de artesanías. Ya me empezaba a dar un buen sabor de boca. Seguí derecho y por fin lo vi, que vista tan hermosa, debido a la bruma que había a esa hora daba la sensación de estar frente a un mar calmado y sin fin. A lo lejos se veía una de las cima de los volcanes. Me quede contemplandolo por unos minutos y me dije valío la pena. Guatemala me sigue dando sorpresas! Por la noche, ya descansada nos fuimos a un restaurant que esta justo por la orilla del lago, empece a sentir una tranquilidad que hace mucho tiempo no sentía. El día empezo siendo agotador y termino siendo un descanso. Tenía meses que no dormía ni tan temprano, ni por tantas horas seguidas sin parar. Por la mañana me sentía tan llena de energía, me estaba dando cuenta de la buena vibra de este país.\n\nEl encargado del hotel que por cierto amable como todo la gente que habíamos encontrado por el viaje nos hizo la reservación para hacer el recorrido por el Lago de Atitlán y por tres de sus doce pueblos. Pasaron por nosotros al hotel y ahí arreglo nuestro paseo en la lancha. Empezamos a andar sobre estas aguas tan tranquilas, con un poco de bruma pero esto lo hacia más hermoso, seguiamos nuestro recorrido cada vez viendo más de cerca los volcanes. La primera parada la hicimos en San Pedro de Atitlán que por un lado no tiene "atractivo turístico" pero vale la pena caminar por las empinadas, ver como vive la gente, oler las tiendas de café.\n\nHacia la segunda parada la bruma empezo a ceder por lo que las vistas se hacian cada vez más interesantes, los plantíos de café por los cerros se alcanzaban a ver, algunos de los doce pueblos ya estaban a la vista. Llegamos a Santiago de Atitlán que es el principal atractivo del recorrido. Aquí te empiezan a abordar para hacer el recorrido en los "tuk tuk" que son motos convertidas en pequeños taxis. Tratamos de esquivar a todos, después nos empezaron a abordar pero para que compres artesanías en los puestos. Ya pasado este filtro empiezas la subida hacia el pueblo, que bueno nosotras no alcanzamos a recorrer mucho ya que no teníamo suficiente tiempo debido a que nos hicieron cambio de lancha.\n\nTercer pueblo si no me equivoco fue San Antonio de Atitlán, que en realidad lo único que tiene que ver es una pequeña iglesia blanca muy mona a lo alto, donde tienes unas vistas hermosas. Ya después entendí que la parada debe de ser para ayudar a la gente que hace sus artesanías, ya que la pobreza y las carencias que aquí existe es de escalofríos, es de meditar o tratar de entender y razonar los designios de esta vida. El porque estamos en el lugar en donde estamos, si es mera coincidencia, suerte o porque asi tiene que ser. Ese día me sentí mal de ver una realidad a la que a veces estoy ajena, pero también me sentí muy afortunada.\n\n El regreso a Panajachel es en calma y visualizando la naturaleza y los contrastes sociales. Ver los cafetales con las pequeñas casas y ver las casas de veraneo. Llegando estabamos hambrientas por lo que nos decidimos por comida italiana en un pequeño restaurante que esta por la calle principal, el cual tiene un patio frontal que hace tomar la decision final. Bastante recomendable y bastente buen precio.\n\n Ya por la noche nos decidimos irnos hacia el caribe guatemalteco: Livingston. No sabiamos que esperar pero la gente nos iba diciendo estan recorriendo lo mejor de Guatemala. Armamos el viaje y nuestro colectivo salía a las 6 de la mañana por lo que había que madrugar al día siguiente. Por lo tanto, a descansar....y como descanse. Así fue Panajachel un descanso, un reencuentro!!\n\n\n\n
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  • 2008-07-18 23:48:38
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