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No lo sé, no sé por donde empezar. Las ideas están revueltas, así como ha sido toda esta última semana. De un cáncer a un nacimiento con peligro de muerte. Demasiada descarga emocional.\n\nNo lo sé, pero los designios de Dios o de quien sean no se entienden. O bueno si se entienden pasado el tiempo. Será que me enfrasco demasiado en entenderlos y mi cuerpo se cansa. Esa es la palabra hoy tengo el cuerpo y la cabeza muy cansados.\n\nUna muy buena amiga me ha dicho que tiene cáncer. Mi cabeza inmediatamente se invade de preguntas: ¿como?, ¿a qué hora? ¿por que a ti? ¿que no somos de la misma edad?. Pero mi rostro y mis palabras son incongruentes a mi cabeza. Empiezo a prentender tranquilidad, a decir palabras de aliento y a predecir cosas que ni siquiera entiendo ni tampoco esta en mis manos hacerlas. Mientra más pretendía, mi cabeza se apachurraba, lo único que decía era estoy llorando por ti y por mi, porque no soporto la idea de que tengas cáncer, ni que pases por eso, porque no soporto la idea de que sufras tú, porque seguro sufriré yo. Al día siguiente día de su diagnóstico: su cumpleaños. Cosas de la vida que no lo sé, sólo pasan.\n\nPasa la noticia del cáncer. Mi hermano tiene a su hijo. Un nacimiento prematuro, a las carreras y a las prisas. Vuelvo a pretender tranquilidad, tomando un control de la situación que confieso: hasta he lleguado a sorprenderme de mí. No lo sé, la vida me ha llevado a tener la cabeza fría, a tomar un aparente calma porque no hay otra opción, porque la calma y la tranquilidad se transmiten, y en ese momento el pretender valío la pena. Nace mi sobrino al que ni siquiera he podido ver, esperando que pasen las horas rápido para que lleguen las 72 sin peligro. La primera noche dormí agotada, la segunda preocupada y aún no se como será la tercera. No lo sé como un ser tan pequeñito puede estar lleno de vida pero con un peligro latente a la muerte. Felicidad y preocupación extrema combinadas. Ese ha sido mi trago desde hace aproximadamente 51 horas.\n\nNo lo sé, pero esta semana ha sido intensa...tristeza, preocupación y alegría. \n\nNo lo sé, pero el nuevo integrante de la familia me ha hecho pasar de la molestía al entender a mi familia disfuncional. Ahora lo digo así: Bendita la hora en que nos convertimos en una familia disfuncional!! Pero al final seguimo siendo familia! No lo sé, pero lo hizo.\n\n
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