INCIDENCIAS Y VISITA AL MAR\n\n..\n\nPues estoy de incidencias. El ordenador, que llevaba varios días portándose fatal, colgándose reiteradamente hasta el hartazgo final, el jueves dejó de funcionar y he tenido que llevarlo a reparar. Justo ahora, este mes, que había decidido escribir (casi) a diario, ja. Así que como me han dicho que hasta el martes no estará disponible, hoy me vengo a un ciber para escribir unas líneas en mi cuaderno de bitácora desde aquí. Tiene gracia. El tener que escribir mis anotaciones desde un cibercafé me recuerda a cuando lo hacía así desde Edimburgo, durante mi viaje a Escocia el verano pasado (los que no habéis leído esas páginas de mi cuaderno, os recomiendo hacerlo; son muy divertidas. Están alojadas en el mes de Agosto).\n\n..\n\nDe nuevo escribiendo con un marcador en pantalla que me va indicando el tiempo que me falta para que cumpla la media hora. Y la siguiente media hora. Afortunademente, en este cibercafé los teclados están pensados para los españolitos y tienen la letra ñ, letra ausente en los teclados escoceses (y en los del resto del mundo no hispano hablante).\n\n..\n\nTambién me recuerda a aquellos días escoceses el hecho de que estoy de viaje (pequeño viaje). Me he venido a pasar el fin de semana a Alicante. Desde Diciembre que no me quedaba a dormir en esta preciosa ciudad. Entonces fue una tarde-noche mágica y encantadora. Hoy no tiene nada que ver con aquel viernes, desgraciadamente; pero me apetecía volver a pasear por la noche por la playa, a la orilla del mar, sintiendo la brisa del mar en la piel y el ruido de las olas al golpear contra la arena, en la playa, o las rocas, en el espigón. El mar. Es tan necesario el mar. Todo lo que nos agobia carece de importancia, después de sentarnos un rato frente al mar. Y todo lo que nos falta y anhelamos, sentimos que podremos alcanzarlo, después estar sentados un rato frente al mar. Me da mucha felicidad el mar. Verlo. Escucharlo. Sentarme a su vera, enfrente de él, en la misma orilla. Sentirlo. \n..\n\nUNA CANCIÓN\n\n..\n\nAquí os dejo con una hermosa canción de Chris Rea, ON THE BEACH (EN LA PLAYA, en castellano). Mientras la escucho, con los auriculares, una y otra vez, aunque estoy sentado bailo, y la gente que está en el ciber me mira, un poco desconcertada. Ja. Pero me siento estupendamente. Y bailo, chasqueo los dedos y les sonrío, y escribo. Y voy terminando esta anotación para volverme a la orilla del mar.\n\n ..\n\n \n\n Acercaros, si podéis, a donde podáis encontraros con el mar, para confiarle los sueños y los deseos. Él sabrá deciros que todo va ir muy bien. Y en el horizonte veréis, con absoluta claridad, que es totalmente cierto. Nuestra vida es tan infinita como el horizonte. Besos y abrazos para todos. Ah, esta noche tengo jazz en directo. Genial.\n\n\n\n \n
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